En la Iglesia primitiva, variaba la duración de la Cuaresma, pero eventualmente comenzaba seis semanas (42 días) antes de la Pascua. Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno (ya que se excluyen los domingos). En el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.
El color litúrgico de este tiempo es el morado, que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación para el misterio pascual.

La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros –el hombre viejo– para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo, o sea, la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua.
Anteriormente al concilio Vaticano Segundo existían unos usos y costumbres en la Iglesia sobre la ornamentación de los templos así como una concepción algo mas fúnebre y penitencial que la que hoy se tiene sobre la cuaresma.En nuestra Parroquia era costumbre cubrir todos los altares con velos negros, así como prácticamente no encender velas o luces durante esos días, solo se oficiaba la santa Misa y el único culto era el Septenario a Jesus de la Rosa y la Virgen del Mayor Dolor, colocándose estos a ambos lados del Altar, como se hace ahora, si bien sobre unos doseles morados.Ninguna imagen se colocaba en el Altar Mayor, pues era imposible dado que el Sacerdote decía la misa de espaldas a los fieles, y la mesa de Altar estaba colocada pegada al retablo.A partir del Concilio Vaticano segundo dejaron de taparse las imágenes y de cubrir los altares, el color negro se sustituyo por el morado, y la única recomendación es que no se pongan flores en los altares.La concepción de la cuaresma paso de ser solo de un tiempo de mortificación y ayuno a un tiempo de esperanza en la resurrección del Señor y en su acción salvadora.
By.- Z,J
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