
En la etapa anterior al Concilio Vaticano II, el altar se encontraba pegado al retablo, por lo que la Santísima Virgen se colocaba justo delante de este. Una vez concluido el citado Concilio, y siguiendo las directrices del mismo, la Mesa de Altar se coloco en el centro del Presbiterio, por lo que la Junta de Gobierno tuvo que cambiar la forma de celebrar el Besamanos, llevándose a cabo durante varios años ante el altar de la Inmaculada Concepción, no gustando este lugar ni a la Junta ni a los devotos, pues pensaban que la Virgen debía presidir siempre el Altar Mayor. Para solucionar este problema se adopto el modo de escalinata, donde se representan dos planos, el celestial donde esta la Santísima Virgen, y el terrenal donde se encuentran sus devotos, descendiendo ese día la Madre de Dios desde el plano celestial por la escalinata al plano terrenal.En los primeros años de la década de los sesenta del pasado siglo, se estreno un trono-sillón y una galería ambos en madera noble tallados a mano y sobredorados, obra del imaginero granadino González Mesa.También se estreno un dosel en tela de damasco rojo, tanto el dosel como el trono-sillón y la galería se compraron para ser usados en el Besamanos.Desde su inicio, las señoras y señoritas que acompañan a la Virgen para limpiarle la mano, visten con vestido negro y mantilla negra, dando así un toque de elegancia a este acto de culto. Es ya mas de medio siglo el tiempo en que se lleva celebrando este acto de devoción y respeto que consiste en besar la Sagrada Mano de la que es Madre, Reina y Señora Coronada de Rute.
By.- Z,J
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