viernes, 30 de octubre de 2009

Los hermanos difuntos en la Real Cofradía


Ha sido siempre una obligación de las cofradías el pedir por la salvación de sus hermanos difuntos, para que aquellos que sintieron devoción por la imagen titular se encuentren en la Casa del Padre. En nuestra Real Cofradía también esta ha sido una de sus obligaciones, y así se ha recogido en sus diferentes estatutos. En los aprobados en los años 1912, 1961 y en los actuales se recoge la obligación de decir una Misa durante el mes de noviembre por el eterno descanso de los hermanos difuntos. En los estatutos de 1859, se recoge la obligación “de conducir los cadáveres de los hermanos difuntos” por lo que los hermanos tenían la obligación de llevar, se supone que a hombros, los cuerpos hasta la iglesia y después al cementerio. También, ante el fallecimiento de un hermano o hermana cofrade, las mujeres de la Cofradía tenían la obligación de reunirse en la Iglesia de la Virgen de la Cabeza, para encomendar a Dios el alma de la persona fallecida. Así mismo, los hermanos cofrades tenían derecho a la administración solemne del Sagrado Viático, a un entierro llano y a tres misas rezadas dichas por el Capellán de la Cofradía, por cuyo estipendio recibía el sacerdote seis reales por cada una. También la Cofradía ofrecía al hermano fallecido una “correa negra para ceñir la túnica”. Orar por los difuntos ha sido siempre un acto de piedad en los cristianos, nuestra Real Cofradía no ha estado nunca ajena a esta practica, incluso hoy en día, en su Fiesta Grande se visita el cementerio de San Cristóbal, para recordar a aquellos que nos precedieron en la devoción a la Virgen de la Cabeza.
By.- Z,J

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