
Según el Evangelio de San Mateo, tres magos venidos de extrañas tierras, guiados por una estrella, se acercaron a Belén para adorar a un Niño nacido en aquel pequeño lugar, y que iba a ser el Mesías, el ungido de Dios, qué iba a liberar a su pueblo de la esclavitud del pecado. Tras burlar al Rey títere Herodes, solo rey nominal, pues quienes de verdad ejercían el poder en toda Judea era el Impero Romano, con su emperador Augusto a la cabeza, llegaron al lugar del nacimiento, y en actitud de reverencia, ofrecieron al Niño oro, incienso y mirra.
El oro como el más preciado de los metales, se ofrece a los reyes, y Jesús es Rey del Universo.
El incienso es la esencia por excelencia, que perfuma los templos, se ofrece a Dios, y Jesús es Hijo de Dios, y Dios por el misterio de la Santísima Trinidad.
La mirra es un perfume, que utilizan los hombres, Jesús es hombre, y murió como tal. De este pasaje del Evangelio, parte la costumbre cristiana de regalar juguetes a los niños en el día de Reyes, los niños son los reyes de cada casa, de cada familia, al igual que el Niño Jesús lo es de todo el Orbe Cristiano.
En este año tan especial para la Virgen de la Cabeza, en el XXV Aniversario de su Coronación Canónica, pidámosle que los Reyes Magos vengan cargados de Paz, Amor y trabajo, de prosperidad y de buenas intenciones para todos.
¡¡FELIZ NOCHE DE REYES!!
By.- Z,J
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