Ayer se despidió el hasta ahora párroco de San Francisco de Asís, de esta manera se cierra la etapa más negra y triste de la historia de nuestra parroquia, difícil de calificar, quizás es que no hay calificativos para describir el comportamiento de este señor, que ha llevado durante su gestión a nuestra parroquia a una situación límite, jamás conocida, y que ni en nuestras peores pesadillas podíamos pensar que pudiera ocurrir.
Cuando un sacerdote llega a un lugar, lo hace con una misión concreta, encomendada por el Obispo, y no para elegir con quien estar o que hacer. Su misión era ser párroco de San Francisco, estar con sus catequistas, grupos de confirmación, catequesis de mayores, grupos jóvenes, cofradías…. y trabajar con ellos para el bien de la Iglesia en general y de nuestra parroquia en particular, así nos lo comento una y mil veces recién llegado. Pues poco ha hecho, o más bien, mucho ha deshecho.
Si algo diferencia la “profesión” de sacerdote al resto de profesiones, es que el sacerdote pone por delante la entrega a Dios y a los demás antes que su propia persona. A diario estamos viendo ejemplos de misioneros que cuando todo el mundo abandona zonas conflictivas, ellos se quedan para seguir cuidando a los más desfavorecidos. Se me viene a la memoria, el ejemplo de un predicador de la Novena, con quien entable una entrañable amistad, y que cuando el cáncer invadió todo su cuerpo, no dejo su labor sacerdotal, incluso el día antes de fallecer, dijo Misa a su hora en punto y siguió atendiendo a los pobres y necesitados que se acercaban a su convento. O el ejemplo que hemos tenido hace pocos años en Rute, con un párroco afectado por una dolorosa enfermedad y que en ningún momento dejo de atender sus labores sacerdotales, Incluso hoy en día, en su actual destino, sigue dando ejemplo de entrega a Dios y a los demás, y soportando su enfermedad con una resignación encomiable. Desgraciadamente este señor no ha estado a esa altura.
Seria tedioso relatar los hechos ocurridos en los últimos meses, además algunos por la debida discreción, debo mantenerlos en la reserva, si bien voy a relatar algunos, que dejan a las claras, la profunda crisis por la que atraviesa nuestra parroquia, fruto de la actuación del hasta ayer su rector. Por las continuadas faltas de atención a sus advertencias sobre la delicada situación de la parroquia, se produjo la dimisión de los miembros del consejo económico, posteriormente, el 24 de septiembre de 2014 se produjo una tormentosa reunión del consejo parroquial, también sobre la situación de la parroquia, y que termino como se dice por esta tierra “como el Rosario de la Aurora”, A mediados de noviembre de ese año, el Sr. párroco ceso a todos los miembros del consejo, entre ellos quien escribe este articulo.
Si en todo esto ha habido una víctima, ha sido la parroquia de San Francisco de Asís, su feligresía y sus grupos. De ser una parroquia viva, ha pasado a ser una parroquia casi muerta, con sus puertas casi siempre cerradas, casi sin cultos, y con una actividad bajo mínimos. Se ha producido una profunda división entre sus feligreses, incluso se han roto amistades de muchos años, y se ha llegado a vivir un ambiente irrespirable, del que casi era mejor y más aconsejable huir.
Hay personas que piensan que la diferencia de opiniones, que los consejos, que las diferentes maneras de afrontar las cosas, son una persecución, y otras que pensamos que eso enriquece a los grupos, que aporta una manera distinta y variada de afrontar la vida.
Vaya desde aquí mí más sincero reconocimiento a la persona que más ha sufrido esta situación, la Virgen Consagrada y Sacristana de nuestra parroquia, y que ha ofrecido ese sufrimiento al Señor y la Santísima Virgen María.
A veces la historia se escribe cuando pasan muchos años, a veces siglos, de que ocurren los acontecimientos, y otras veces, como es este caso, a los pocos días de acontecer. Por eso, todo esto debe quedar en el ámbito de la historia, y a partir de ahora, intentar revitalizar nuestra parroquia, procurar que las heridas abiertas vayan cicatrizando y que las amistades perdidas se vayan recuperando.
By.- Z, J
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