martes, 29 de diciembre de 2015

Recordando 2015.





En estos días donde confluyen el final del viejo año 2015 y el inicio de 2016, al sonar de una campanilla
hace un pequeño balance de las fiestas del año saliente.

Un año en el que tuvimos de todo, buenos y malos momentos, Nuestra Señora de la Cabeza nos regalo unos magníficos días en abril y en mayo.

Vísperas de las fiestas que comenzaban con la Aurora el sábado gloria, que daba pasó al último fin de semana de abril para vivir la Romería de la Virgen en pleno corazón de Sierra Morena, tierra de Andújar y del Santo Reino.

La entrada de los “Hermanos de Andújar” daba de nuevo pistoletazo oficial a las fiestas ruteñas, recibimiento de los romeros de nuevo acompañado por miles de personas que acompañaron a la Real cofradía hasta las plantas de la Reina y Señora de Rute en la parroquia de San Francisco de Asís. Un pregón magnifico a cargo de Dª Magdalena Cobos, precedía al segundo fin de semana del mes de mayo.

Calor, color y alegría inundaban las calles del pueblo el 9 de mayo, día de la impresionante ofrenda de flores a la Morenita que se prolongaba hasta altas horas de la noche.

El día de la Virgen amanecía radiante, y Rute estaba preparado para recibir a la Señora con las calles magníficamente engalanadas por sus vecinos. María Santísima de la Cabeza de nuevo repartió su amor maternal entre todos sus hijos a los largo de toda esa jornada romera. La magna y solemne procesión de la noche se vivía de nuevo intensa y devocionalmente por parte de todo el pueblo de Rute que acompañaba a la Santísima Virgen.

El 31 de mayo ponía fin a un intenso mes de actos con el Besamanos de la Morenita, precediendo la fiesta de la Visitación de la Virgen, hasta otra jornada histórica que tendría lugar durante los últimos días de junio.

Con motivo del 775 aniversario de consagración al culto cristiano de nuestra S. I. C de Córdoba se preparo la Magna de imágenes coronadas de la Diócesis “Regina Mater”. La Virgen de la Cabeza abandonaría Rute por primera vez que se tenga constancia, para participar en dicha celebración que congregaría a 25 imágenes marianas distinguidas con la Coronación Canoníca a lo largo de la historia en la capital cordobesa. Más de dos mil ruteños acompañaron a Nuestra Señora ese histórico día, el traslado desde la parroquia de San Andrés, la carrera oficial, o la entrada bajo los arcos de la Catedral, fueron inolvidables las escenas que pudimos vivir. Sin embargo fue al regreso de nuevo hacia San Andrés cuando se desbordo todo el caudal de amor ruteño hacia su Sagrada Madre, causaría honda impresión en los cordobeses, que se vieron gratamente sorprendidos de cómo Rute agasaja a la Madre de Dios.

2015 nos dejaba también la finalización a primeros de abril de este año de las obras de restauración del camarín de la Morenita, verdadera joya del barroco cordobés, realizado mediada la centuria del 1700 por el artista prieguense Antonio Cecilio Franco Roldan.

Finalizando el pasado mes de noviembre el Rvdo. P. D. Carmelo María Santana Santana, daba la noticia de la declaración de la parroquia de San Francisco de Asís como Santuario jubilar de la Misericordia, con motivo de la proclamación del año jubilar de la Misericordia otorgado por Su Santidad el Papa Francisco.
By.- A,A

jueves, 24 de diciembre de 2015

Feliz Navidad.

El grupo de redacción de Al sonar de una campanilla, os desea a todos Feliz Navidad.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Comienza en Rute el Año de la Misericordia.


 


El Papa Francisco lo ha convocado, mediante la Bula “Misericordiae vultus”, y ha deseado que se viva intensamente en todas las iglesias particulares. “Celebrar un Jubileo de la Misericordia significa poner en el centro de nuestra vida personal y de nuestras comunidades el contenido esencial del Evangelio: Jesucristo. Él es la Misericordia hecha carne, que hace visible para nosotros el gran Amor de Dios”, explicó el Papa Francisco en la catequesis del miércoles, 9 de diciembre, al día siguiente de abrir la Puerta Santa, del Jubileo de la Misericordia. El Obispo de Roma dijo que “se trata de una ocasión única para experimentar en nuestra vida el perdón de Dios, su presencia y cercanía, especialmente en los momentos de mayor necesidad”. Y aclaró que el Jubileo significa además “aprender que el perdón y la misericordia es lo que más desea Dios, y lo que más necesita el mundo, sobre todo en un momento como el actual en el que se perdona tan poco, en la sociedad, en las instituciones, en el trabajo y también en la familia”.

“Hay que tener en cuenta que la raíz de la falta de misericordia está en el amor propio, que se reviste bajo el manto de la búsqueda del propio interés, de los placeres, los honores y las riquezas. También en la vida de los cristianos está presente bajo el aspecto de la hipocresía y la mundanidad. Por eso, necesitamos reconocer que somos pecadores, para que se fortalezca en nosotros la certeza de la misericordia de Dios”, afirmó Francisco.

En Rute tenía lugar este domingo día 13, en la parroquia de San Francisco de Asís, Santuario jubilar, a las 12:30 hrs la apertura de la Puerta de la Misericordia. El acto corría a cargo de Monseñor Alberto José González Chaves, acompañado por el párroco de San Francisco Rvdo. P. D. Carmelo María Santana Santana.

Acto seguido tenía lugar la Eucaristía donde se congrego gran cantidad de fieles, y una amplia representación de las cofradías con sede canoníca en la parroquia, así como del resto de la localidad.
By.- A,A Fuente.- Revista Eclessia

martes, 8 de diciembre de 2015

Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen.

En medio del tiempo de Adviento siempre nos encontramos con la celebración de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María. La fiesta de la Inmaculada no desdice, ciertamente, del clima de Adviento; pues estamos esperando la venida del Hijo de Dios, y Él va a ser el protagonista de nuestra fe y de nuestras alabanzas, pero, a la para recordamos que Dios puso junto a Cristo a su Madre, la que le esperó, la que le dio a luz, la que le mostró a los demás.

Por eso que esta fiesta no es un paréntesis en el Adviento, sino que, al contrario, es la fiesta del comienzo absoluto, porque en la Madre empieza a realizarse el misterio de la encarnación del Hijo de Dios, Jesucristo.
Como bien dijo el Papa Pablo VI en la exhortación apostólica Marialis Cultus, hoy es una fiesta “en que se celebran conjuntamente la Inmaculada Concepción de María, la preparación radical a la venida del Salvador y el feliz comienzo de la Iglesia, hermosa, sin mancha ni arruga”.

Por tanto, decir María Inmaculada es decir “milagro de Dios”. Dios la preservó de todo pecado y le regaló una condición creyente con la que supo colaborar de manera extraordinaria. Según esto, María no es sólo un milagro de Dios, sino también un modelo de creyente fiel y agradecida, siempre disponible y en comunión con su voluntad.

Por eso que, según el dogma de la Inmaculada Concepción, hoy celebramos la pureza total de María; no solamente su pureza de castidad, que hoy nos viene bien recordar en medio de una sociedad permisiva que ha pasado del tabú de la sexualidad a su culto y hasta el mismísimo desmadre en el que todo vale -menos lo que dice la Iglesia, claro, que, en definitiva, no es otra cosa que transmitir los deseos del mismísimo Dios.

Hoy celebramos, pues, esa pureza total que Dios concedió a María desde el primer momento de su existencia en el vientre de santa Ana, su madre. Por eso, porque el alma de María brilla como un diamante invadido por la luz de Dios desde el mismísimo momento de su Concepción, María es la “llena de gracia”, como la saludó el Arcángel Gabriel en el momento de la Anunciación.

María es la llena de gracia porque le deja hacer a Dios en su vida: le abre el corazón de par en par y, por ello que al celebrar a María, limpia y atractiva, los cristianos tenemos que sentir en el interior un gran deseo de pureza vital y de compromiso con la voluntad de Dios, como hizo Ella. No en vano, el Concilio Vaticano II, clausurado tal día como hoy hace cuarenta años , recomienda conocer, amar e imitar a María; porque no se puede amar e imitar a quien no se conoce.

Pero también tenemos que volver hoy la mirada a la Iglesia, a ese pueblo de bautizados. Hoy hace 50 años que se clausuró el Concilio Vaticano II, que ha sido un momento en la historia de la Iglesia que ha marcado un antes y un después y que marcó las líneas de renovación y de reforma de la Iglesia. Por este motivo el Papa Francisco ha convocado un jubileo de la misericordia que hoy comienza en Roma con la apertura de la Puerta Santa. Una ocasión de gracia para que todos y cada uno de nosotros, personal e individualmente reformemos nuestra vida. Y es que se habla mucho de reforma de la Iglesia, es verdad. Y es verdad que la Iglesia se tiene que reformar: “Ecclesia Semper reformanda” ¡La Iglesia está en constante reforma! Pero la Iglesia no se reformará si sus miembros, que somos todos los bautizados, no se reforman personalmente. Y para eso no queda otro camino que seguir los pasos que Dios quiere que sigamos. Porque la reforma de la Iglesia no puede llevar sino sólo un camino, que es el de la voluntad de Dios.

Vamos a pedirle, pues, a la Virgen Santísima, que en este Año de la misericordia vuelva una vez más a nosotros esos sus ojos misericordiosos, para que así sepamos remover el interior de nuestro corazón y reformar nuestra vida para preparar, unidos a toda la Iglesia, el camino del Señor.

Que la solemnidad de su Inmaculada Concepción sea una fecha para enamorarnos más de la Llena de gracia y Bendita entre todas las mujeres, y para que, viviendo nuestro Bautismo con la apertura amorosa del corazón, luchemos por imitarla cada día más.
By.- R,C