martes, 1 de noviembre de 2016

Festividad de todos los Santos 2016.

 Hoy se nos invita a alegrarnos todos en el Señor al celebrar este día de fiesta en honor de Todos los Santos. Pero, al mismo tiempo, se nos muestra el camino que tenemos que recorrer para llegar a este estado al que todos estamos llamados por el amor que Dios nos ha tenido y hacia cuya meta caminamos, guiados por la fe.

Y es que es necesario pasar primero por la gran tribulación, por la prueba, lavados y blanqueados en la sangre del Cordero, como nos dice la primera lectura y asimilar bien el mensaje de las bienaventuranzas, ya que sólo el hombre de manos inocentes y puro corazón podrá subir al monte del Señor y estar en el recinto sacro.

Mirad: la fiesta de hoy nos viene bien porque nos recuerda que los santos son personas como nosotros, que han vivido la debilidad humana en su propia carne y que, como nosotros, han necesitado la misericordia de Dios muchas veces; y que también han acudido a la intercesión de otros santos que les han servido de ejemplo para dirigir sus vidas hacia Dios.

Así pues, hoy se nos llama a una respuesta responsable y decidida de vivir en santidad por la plenitud del amor de Dios. Los santos son un ejemplo para nosotros porque han sabido vivir cada momento de su existencia como hijos de Dios y discípulos de Jesucristo, superando todas las dificultades que han encontrado en el camino de cada día. Y no sólo tenemos a los que están inscritos en el santoral, que va. Hay muchísimos, pero muchísimos más. Y cada día va creciendo el número de estos santos del cielo. Y nosotros tenemos que seguir su ejemplo, pues estamos llamados también, como ellos, a vivir un día para siempre la gloria del cielo. Por eso nuestra alabanza a Dios tiene comenzar ya, ahora, porque alabar a Dios es reconocer que es nuestro Padre; que es misericordioso con nosotros, y que nos llama a vivir para siempre con Él.

Pidámosle, pues, a la Virgen María, Reina de Todos los Santos, que sepamos vivir cada una de las bienaventuranzas que escuchamos en el evangelio, para que así, también el Señor nos pueda llamar a nosotros un día bienaventurados.
By.- R,C

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