Estamos a una semana de subir en romería al Cerro de la Cabeza y ponernos ante las plantas de la Reina de Sierra Morena. Allí, en su bendito camarín, Ella nos espera a todos para ese reencuentro fraterno de todas las Cofradías que se honran en tenerla como titular y protectora.
¡Ya huele!¡Ya huele! Dice un buen amigo mío ruteño desde hace unos días. Y es verdad. Ya huele a Romería. Las auroras nos lo han estado anunciando. Los nervios para organizar los preparativos del viaje, que no falte nada, que todo esté a punto.
Pero sobre todo, tiene que estar a punto nuestra devoción. Porque si vamos al Santuario de la Virgen de la Cabeza en Romería, no es para pasar un fin de semana de perol, sino que es para encontrarnos con la Virgen, que nos está esperando para que le presentemos nuestra vida, le contemos nuestros problemas, le expresemos nuestra alegría.
Es un momento para plantearnos cómo queremos vivir cada uno estos días de romería: ¿Un fin de semana en la sierra, en una tienda de campaña, descansando tranquilamente?¿Una forma de divertirnos fuera del pueblo, teniendo un autobús que me lleve y que me traiga?¿Una ocasión de rezar a la Virgen, conviviendo fraternalmente con la gente del pueblo y de la cofradía, encontrándome con devotos de otros lugares, que acuden también ante Ella a rezarle?¿Cómo me planteo la Romería? Será bueno que en esta semana que queda, cada uno nos hagamos esta pregunta y reflexionemos sobre cómo vivimos estos días.
Hay muchas formas posibles de acudir al Cerro. Unas más discutibles que otras. Pero las que tienen como finalidad el encuentro con María Santísima y con los hermanos, son todas dignas de respeto y de fomento. Habrá quien, por circunstancias, viaje con su vehículo particular. Otros subirán en los autobuses hasta la misma puerta de la casa de la Cofradía. Otros nos liamos la manta a la cabeza y nos echaremos al monte, subiendo por las veredas del Camino Viejo, disfrutando de la belleza del paisaje y de la acogida de las buenas gentes de Andújar... Pero todos iremos a lo mismo, a encontrarnos con la Virgen Morenita, que en su Santuario de Sierra Morena es foco de atracción para miles y miles de devotos, caricia en las penas, bálsamo en los dolores, amor en el sufrimiento...
Hagamos momentos por encontrarnos con Ella. ¡No nos conformemos con verla pasar durante la procesión por delante de la casa de la Cofradía! Que cuando estemos en la fila para subir a su camarín, aprovechemos unos momentos para recogernos y rezarle en silencio, sabiendo que Ella está al final de la cola para recibir nuestra visita, nuestra oración, y con su mirada al cielo, recogerla y llevarla hasta la presencia del mismo Dios. Pongámonos en la piel y en el corazón del que sube la calzada de rodillas, haciendo promesa. Que sepamos participar devotamente en el rezo del Rosario por la noche, en el arco de la plaza. Que hagamos por asistir a la Misa, pues es domingo, el día del Señor. Que aprovechemos la ocasión para purificar nuestras almas y nuestras conciencias en el sacramento de la Penitencia y volver a nuestro pueblo renovados... ¡Cuántas cosas buenas podemos hacer en Romería, gracias a la intercesión de aquella que nos está esperando!
Feliz Romería a todos.
By.-R,C Director espiritual Al sonar de una campanilla.
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