domingo, 10 de mayo de 2020

Segundo domingo de mayo de 2020.


Ya quisiéramos que fuera 2021, que las campanas revolotean anunciando el gran día, que la Virgen estuviera en su trono, que miles de pétalos esperarán para recibirla, que los cohetes anunciarán su salida. Pero no, ni revolotean las campanas, no habrá petaladas, ni los cohetes atronaran con alegría.

Parece como si el tiempo se hubiera detenido, como si fuera un domingo cualquiera de invierno o de otoño. Un domingo sin alegría, sin fiesta. Los rezos, se harán en la intimidad de las casas, los vídeos nos recordarán tiempos pasados, la música, nos sonará a otros años.

Y sacaremos la vieja medalla, la que tiene muchos caminos, muchos pasos a su Vera, muchas oraciones en silencio, y nos la colgaremos al cuello, no para acompañarla por las calles y plazas, sino para sentirla más cerca del corazón.

Hoy nuestros vivas no llegarán rompiendo nuestras gargantas, las salves no harán brotar lágrimas de nuestros ojos, las calles no se llenarán con su aroma, pero lo que si tendremos, como Rute ha tenido siempre, en los momentos de tribulación, su amor de Madre, su protección maternal y su sonrisa infinita.
By.-Z,J

No hay comentarios:

Publicar un comentario