Bendita sea tu pureza
Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada María,
Te ofrezco en este día
Alma, vida y corazón.
¡ Mírame con compasión !
¡ No me dejes, Madre mía !
EL Papa Pio XII, en el año 1954, con ocasión de la Coronación de la imagen de la Virgen en la Basílica romana de Santa María la Mayor, instituyó la fiesta litúrgica del Reinado de María , también conocida como fiestas de Santa María, Reina que tiene lugar desde entonces, cada 22 de Agosto. En ese mismo día, 11 de octubre de 1954 promulgó el documento principal del magisterio de la Iglesia, acerca de la dignidad y la realeza de María, la encíclica Ad coeli Reginam.
El pueblo cristiano siempre ha reconocido a María Reina por ser madre del Rey de reyes y Señor de Señores. Su poder y sus atributos los recibe del Todopoderoso: Su Hijo, Jesucristo. Es El quien la constituye Reina y Señora de todo lo creado, de los hombres y aún de los ángeles.
San Juan Pablo II, el 23 de julio del 1997, habló sobre la Virgen como Reina del universo. Recordó que "a partir del siglo V, casi en el mismo período en que el Concilio de Efeso proclama a la Virgen 'Madre de Dios', se comienza a atribuir a María el título de Reina. El pueblo cristiano, con este ulterior reconocimiento de su dignidad excelsa, quiere situarla por encima de todas las criaturas, exaltando su papel y su importancia en la vida de cada persona y del mundo entero".
El Santo Padre explicó que "el título de Reina no sustituye al de Madre: su realeza sigue siendo un corolario de su peculiar misión materna, y expresa simplemente el poder que le ha sido conferido para llevar a cabo esta misión. (...) Los cristianos miran con confianza a María Reina, y esto aumenta su abandono filial en Aquella que es madre en el orden de la gracia".
By.-A,A Fuenta.- Catholic news
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