Bajo la luna de Nissan
En la luna de Nissán, en vísperas de la Pascua de los judíos, hubo un gran revuelo en la ciudad santa de Jerusalén. Un hombre, al que muchos consideraban un profeta, moría clavado en una cruz dando un fuerte grito. Los sumos sacerdotes del Templo se sonreían para sus adentros: ya se habían quitado de en medio a aquel revolucionario que les estorbaba y que cuestionaba su modo de vida. Ya no tenían que temer que la gente se fuera detrás de Él, porque viéndolo morir en una cruz, entre agonías y sufrimiento, el pueblo habría escarmentado y volverían a tener claro quien mandaba…
Unos días antes, aquel hombre había entrado triunfante por las calles de Jerusalén montado en un asno. El pueblo lo aclamaba como el Hijo de David, y agitaba en su honor palmas y ramos de olivo. Nada hacía presagiar lo que iba a suceder unos días después.
Un amigo, uno de aquellos doce hombres a los que aquel judío excepcional había elegido para que estuviesen con Él, iba a traicionarlo y entregarlo a las autoridades. ¿Qué pudo mover a Judas a traicionar a su maestro?¿Estaría desencantado con Él, porque pensaría que venía a liberar al pueblo por medio de la espada?¿Sería el amor al dinero? Siempre nos quedará ese misterio.
By.- R,C
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