Y tras la traición, el insulto y la vejación. Insultado, azotado, apaleado…. Tuvo que cargar sobre sus hombros el mismo madero en el que iba a ser clavado hasta morir asfixiado y desangrado; sufriendo al ver a su Madre al pie de la cruz; disculpando a aquellos que lo crucificaban, pensando en tantos que no le darían valor alguno a su sacrificio y que no querrían aceptar la salvación que nos mereció con su muerte….
Y así, desnudo, en una cruz, JESUCRISTO, EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDÍOS, murió por salvar a la humanidad entera.
Comenzamos la Semana Santa. Semana de pasión. Semana de vivir con pasión el misterio de la muerte redentora de Cristo.
Las imágenes volverán a tomar nuestras calles. El olor del incienso, roma sagrado ofrecido a Dios y a su Madre Santísima perfumará las calles por donde transcurre nuestra vida cotidiana. La silueta del Nazareno con el madero a cuestas, y la señal victoriosa del crucificado, rasgando la luz tenue de la noche… la imagen de una Madre llorando el sufrimiento del Hijo de sus entrañas…. La fe hecha arte va a volver a marcar el ritmo de la vida.
By.- R,C
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