Ayer día 31 de mayo el calendario cristiano nos marcaba dos fechas importantes, en primer lugar la festividad de la Visitación de la Virgen. La fiesta fue introducida en 1263 por San Buenaventura, general de la Orden Franciscana, específicamente para su práctica en esa orden mendicante, siendo instituida en 1389 por el papa Urbano VI, é inscrita en el Calendarium Romanum para el 2 de julio.
Este año también coincidió con la celebración del domingo de Pentecostés "quincuagésimo", es el término con el que se define la fiesta cristiana del quincuagésimo día del Tiempo de Pascua. Se trata de una festividad que pone término a ese tiempo litúrgico y que configura la culminación solemne de la misma Pascua, su colofón y su coronamiento.
Durante Pentecostés se celebra la venida del Espíritu Santo y el inicio de las actividades de la Iglesia. Por ello también se le conoce como la celebración del Espíritu Santo. En la liturgia católica es la fiesta más importante después de la Pascua y la Navidad.
Tradicionalmente, en nuestra parroquia y desde el siglo pasado se ha venido celebrando en este día el Besamanos de la Santísima Virgen de la Cabeza, así como el también tradicional pasamanto de los niños nacidos a lo largo del último año.
Esta edición de 2020 ha venido marcada por la crisis sanitaria que a nivel mundial nos viene afectando desde hace unos meses y que ha alterado de forma notable todas las celebraciones que deberían de haber tenido lugar desde mediados de marzo. Siguiendo una serie de pautas, a fin de preservar nuestra seguridad así como la de los demás, se ha podido visitar a nuestra Señora en su Templo.
Nuestra Señora de la Cabeza se encontraba especialmente ataviada para la ocasión, luciendo la saya que le fuese regalada por su anterior junta de gobierno presidida por D. Antonio Pacheco y el manto de la serranía, regalado por el Grupo Joven de la Sacramental y Real Hermandad.
By.-A,A Fuente.- Wikipedia Visitación y Pentecostés.
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