viernes, 5 de junio de 2020

La Divina Pastora de San Francisco de Asís.

Una de las joyas del barroco cordobés con las que cuenta nuestro pueblo de Rute es sin duda el camarín de Nuestra Señora de la Cabeza, obra que se comenzaría a gestar en 1752 y que sería inaugurada en 1763 en el interior del Templo de San Francisco de Asís. Obra del prieguense  afincado en Rute D. Cecilio Antonio Franco Roldan (1706-1780), al cual ya dedicamos un artículo en años anteriores.

A lo largo de este tiempo, concretamente a finales de 2014 asistimos a la conferencia ofrecida por el historiador ruteño D. Bartolomé García Jiménez  sobre el camarín de nuestra Señora de la Cabeza, Bartolomé García desgloso durante más de una hora toda la historia de ejecución de las obras. La crónica completa la podéis leer en este enlace.

En ambos casos y aunque con datos históricos fehacientes, hemos pasado de puntilla sobre diversos detalles que componen dicha obra. Hablaremos hoy sobre un cuadro que compone el conjunto monumental del camarín de nuestra Señora de la Cabeza, concretamente el de la Divina Pastora, desconociendo si fue realizado por las manos del propio Cecilio Antonio Franco, o quizás realizado por algún miembro de su taller o si el mismo fue contratado a algún artista de la época, o tal vez fuese aportado por la comunidad de frailes franciscanos que en aquel tiempo tenían su sede conventual en dicho Templo, estudiándose la posibilidad de que fuese obra del entorno de Bernardo Lorente Germán (1680-1759) o de Domingo Martínez (1688-1749).

Fuese como fuese, nos encontramos pues ante un lienzo de infinita belleza que representa a la Divina Pastora de las Almas, con algunas "matizaciones" propias realizadas por su autor.

La devoción a la Divina Pastora de las Almas tiene su origen en el siglo XVIII en el convento capuchino de las Santas Justa y Rufina de Sevilla, España. El 24 de junio de 1703 el fraile Isidoro de Sevilla tuvo una visión de la Virgen vestida de pastora rodeada de ovejas, que le reveló la devoción a la Divina Pastora de las Almas. Le pidió al pintor Alonso Miguel de Tovar un cuadro con la imagen de la Divina Pastora con la siguiente descripción.

En el centro y bajo la sombra de un árbol, la Virgen Santísima sedente en una peña, irradiando de su rostro divino amor y ternura. La túnica roja, pero cubierto el busto hasta las rodillas de blanco pellico, ceñido a la cintura. Un manto azul, terciado al hombro izquierdo, envolverá el contorno de su cuerpo, y hacia el derecho, en las espaldas, llevará el sombrero pastoril (En el caso de la pintura ruteña, dicho sombrero pastoril no aparece sobre las sienes de la Virgen, sino colgado a su espalda, en su lugar es sustituido por dos Ángeles situados en alto y al lado de la Santísima Virgen sujetando una corona imperial), junto a la diestra aparecerá el báculo de su poderío. En la mano izquierda sostendrá unas rosas y posará la mano derecha sobre un cordero que se acoge hacia su regazo. Algunas ovejas rodearán a la Virgen, formando su rebaño, y todas en sus boquitas llevarán sendas rosas, simbólicas del avemaría con que la veneran. En lontananza se verá una oveja extraviada y perseguida por el lobo –el enemigo emergente de una cueva con afán de devorarla, pero pronuncia el avemaría, expresado por un rótulo en su boca, demandando auxilio; y aparecerá el arcángel San Miguel, bajando del Cielo, con el escudo protector y la flecha, que ha de hundir en el testuz del lobo maldito.
By.- A,A Fuente.- Wikipedia Divina Pastora de las Almas.

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