El próximo domingo día 6 de Noviembre, celebraremos en nuestra Iglesia Parroquial de San Francisco de Asís la Fiesta litúrgica de los
Beatos Lorenzo Porras, Antonio Molina y Mariano Fernández-Tenllado, Mártires de Rute.
Aún recordamos con auténtica emoción, los pasados cultos en honor de
la Santísima Virgen de la Cabeza, en que, en agradecimiento por la Beatificación de dichos sacerdotes mártires, hijos de Rute y vinculados a nuestra Parroquia y a la centenaria devoción a la Celestial Morenita; fueron colocadas debidamente aquellas reliquias suyas (la “ex ossibus” del
Beato Antonio, el cáliz del
Beato Mariano –cedido para la ocasión por la Cofradía Hermana de la Vera Cruz-, así como una de las firmas del
Beato Lorenzo que se conservan en el archivo Parroquial); y presididos por la que con toda razón llamamos en las Letanías Lauretanas, “Reina de los Mártires”, cuya devota imagen se ha convertido también en “reliquia” de los Gloriosos Bienaventurados, toda vez que fue objeto de la devoción mariana de los tres insignes levitas ruteños, elevados a los altares; al haberse demostrado su confesión de fe en Cristo que, les llevó a participar del sacrificio de su vida, a imitación del “Mártir del Calvario” (como llama el sentir de la Iglesia, a nuestro Salvador y Señor Jesucristo).
Así mismo, y en el marco del último día de los cultos de Mayo en honor de la Singular Capitana, la Fiesta de su Realeza el día 31; tuvo lugar la bendición del cuadro de tales Mártires
(obra de nuestro artista local Miguel Ángel Borrego) que desde entonces recibe el culto de los fieles y ofrece la consideración de la honra que merecen por su total y plena identificación con Cristo, así como la enseñanza de su ejemplo de fidelidad.
Dadas las circunstancias del martirio y enterramiento en fosa común de los
Beatos Lorenzo y Mariano, no ha sido posible recuperar sus restos. Por el contrario, los del
Beato Antonio fueron depositados convenientemente en su Iglesia Parroquial de Hornachuelos. Gracias a ello, y en el último examen canónico con motivo de la Beatificación,
nuestra Parroquia ha podido obtener una reliquia insigne del mismo: la falange de uno de los dedos de la mano que en el momento de ser ejecutado, se alzó para absolver a sus compañeros de martirio y bendecir a quienes acababan con su vida en la tierra. Reliquia que expresa los sentimientos de perdón que manifiesta su entrega victimal y martirial.
Convenientemente “autentificada” por la autoridad diocesana competente y entregada para su custodia y veneración en nuestra Iglesia Parroquial de San Francisco de Asís; ha hecho posible la unión entre la Villa natal del
Beato Antonio Molina y la población en la que desarrolló su ministerio sacerdotal y entregó su vida por amor a Cristo con el derramamiento de su sangre. En Rute, una porción de sus manos consagradas, y en Hornachuelos el resto de aquel cuerpo convertido en semilla de resurrección y de triunfo.
No podemos olvidar que, el culto a las reliquias de los Santos, y especialmente de los Mártires tiene una honda presencia en el culto de la Iglesia y desde sus primeros siglos de historia. Como indican las rúbricas o normas litúrgicas, “las reliquias son signos de que el sacrificio de los miembros del cuerpo de Cristo tuvo su origen en el sacrificio de Cristo Cabeza y la Gloria de los Mártires, nace de la obra realizada por Cristo en ellos” , como acertadamente señala el “Ceremonial de los Obispos”.
Es por ello, lo que las reliquias poseen una categoría litúrgica incluso a superior a las mismas imágenes en el culto eclesial, toda vez que son necesarias en las “consagraciones” de los altares destinados a la celebración del Santo Sacrificio de la Misa, o en la “dedicación” de las Iglesias para el culto divino. Por eso, siempre son honradas en primer lugar y con preferencia, antes que cualquier imagen bendecida.
El día 6 de Noviembre de cada año, fue la fecha elegida por Conferencia Episcopal española para tributar culto a los Mártires de la persecución religiosa acaecida en nuestra nación en los años comprendidos entre 1931 y 1939. Por la circunstancia de que los primeros martirios físicos se desarrollaron en la Revolución de Asturias del año 1934, encabeza la larga lista de Mártires, San Inocencio de la Inmaculada Canoura (Religioso Pasionista), fusilado el 9 de Octubre del año citado; a él le siguen 11 ya canonizados y más de 2000 los beatificados (entre los que se encuentran nuestros Mártires ruteños).
Con el gozo de poder contar con esa insigne reliquia, así como con la representación pictórica de nuestros bienaventurados paisanos; acudamos pues a honrarles con la confianza y seguridad de su intercesión ante la Reina de los Mártires y del “Padre de misericordias y Dios de todo consuelo”.
By.- Equipo de redacción.