De el se sabe, que una noche del mes de febrero de 1211 algunos habitantes del pueblo de Colomera preparaban alegremente una expedición al campo. Entre los expedicionarios se hallaba la familia Rivas, compuesta del padre, la madre y un robusto y ágil chico de siete años de edad, llamado Juan Alonso, que era el único hijo del honrado matrimonio. Cuando la expedición campestre marchaba de camino, vieron descender de una colina un torbellino de fieros almorávides, ávidos de conseguir un botín. Rivas y su mujer fueron hechos prisioneros, yendo a terminar su desgraciada vida en las mazmorras de Granada. El pobre niño Juan, separado de los padres por la confusión de la lucha, quedo oculto y aterrado en la espesura de un bosque; de pronto un árabe, salpicado de sangre y ebrio de furor, lo descubre, coge a Juan violentamente por un brazo y lo arrastra sin piedad, levantando sobre el su afilada gumía. El pequeño Juan Alonso, no con el terror de la víctima, sino con la fe del verdadero cristiano, exclamo juntando las manos y fijando sus ojos en el cielo: “Virgen María, ampárame”. Una mano misteriosa pareció detener la cuchilla del asesino, turbose su vista, vacilo, y abandonándole, desapareció de aquel lugar. Juan quedo solo en el mundo, tenía una misión divina que cumplir. Juan estuvo largas horas solo en el campo, recitando las oraciones que le habían enseñado sus padres, hasta que algunos fugitivos campesinos lo recogieron.
El brazo que brutalmente le oprimió el árabe le dolía intensamente. Al día siguiente amaneció en una humilde casa de los campesinos que le habían ayudado, con fiebre, y al intentar moverse el brazo no le servía, se había quedado manco. Pasados los años, sin poder ingresar en un convento por su defecto, se coloco de pastor con un rico ganadero de la Villa de Arjona. Se condujo siempre con una gran rectitud, de manera que cuando llego a la edad viril, su jefe le premio con el regalo de un buen hato de ganado, que apacentaba y explotaba por su cuenta en los sitios de Sierra Morena conocidos como Lugar Nuevo y la Solana de la Virgen, pasando la noche donde aquella le alcanzaba.
En la noche del 11 al 12 de Agosto de 1227, la Santísima Virgen se le apareció para que el pobre pastor de Colomera cumpliera su divina misión. Juan Alonso permaneció soltero durante su larga vida, y cuando se vio achacoso y casi ciego, dejo cuanto poseía en beneficio del Santuario de la Virgen de la Cabeza. Fue entonces, cuando sus paisanos, los vecinos de Colomera, que nunca le habían olvidado, se lo llevaron a su pueblo, donde le cuidaron con mucho esmero, hasta que murió a la edad de 96 años, y fue sepultado en el cementerio de aquel pueblo el año 1310.
By.- Z,J Fuente.- JOSÉ MARÍA MASIÁ T LLOMPART. I. Historia Documentada de !. Nuestra Señora de la Cabeza. Patrona de Andújar (Jaén)
Hola, buenas tardes. Me he alegrado mucho encontrarme este blog. Me dicen que no hay documentos históricos sobre la existencia de este pastor. Ojalá supiéramos más. Muchas gracias.
ResponderEliminarDesde luego no hay ninguna documentacion sobre ese pastor y hay que tomar todo lo publicada aui como invención.
ResponderEliminarSi bien es cierto que es escasa la documentacion al respecto del pastor de Colomera, los datos aportados en nuestro blog estan extraidos del libro: Historia documentada de Ntra. Sra. de la Cabeza, obra de Jose Maria Masía y Llompart del año 1935. Hemos añadido un enlace a la firma del articulo, que os lleva a la edicion digital de dicho libro por si deseais leerlo.
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