Se acerca el día de tu romería, María, Señora Morena. Se acerca el día en el que la imagen de nuestra Virgen de la Cabeza volverá a salir a pasear solemnemente por las calzadas del Cerro del Cabezo, y dentro de pocos días, saldrá por nuestras calles y volverá a pasar por delante de nuestras casas.
Y nos estamos preparando para esto. Dentro de poco llegaremos al Cerro del Cabezo de varios lugares para celebrar su fiesta, para estar con ella. Una vez más se van a hacer realidad las palabras que María dijo en el evangelio: “Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el poderoso ha hecho obras grandes en mí”.
Una vez más nos preguntaremos, asombrados: “Yo no sé que tiene mi virgencita de
Yo no sé que tiene, que nosotros, como Juan Bautista en el vientre de su madre, saltamos de gozo cuando la vemos, y como su prima santa Isabel le decimos: ¿Quién soy yo? “¿Quién soy yo para que venga a mi la Madre de mi Señor?”
Yo no sé que tiene, que en un mundo en el que la gente piensa cada vez menos en Dios, ella sigue estando presente en la vida de tantas y tantas personas. Muchas veces será sólo un vago recuerdo, un echarle una mirada a un cuadro o a una estampa suya...¡Pero ahí está!
Yo no sé que tiene, que estos días de primavera, la sangre se nos altera de una manera especial, que los pies se nos mueven más contentos, y todo nuestro cuerpo y todo nuestro ser empieza a estar de fiesta.
Yo no sé que tiene, que siempre que nos acercamos a su bendita imagen; interiormente sentimos una paz y un sosiego que son difíciles de expresar. Una paz que llena el alma de gozo, de alegría; una paz que nos ayuda a sentir a Dios más cerca de nosotros.
Y podríamos hacernos muchas más veces esta pregunta: “Yo no sé que tiene”, y seguiríamos sin encontrar una respuesta exacta al interrogante; y nuestra única conclusión volvería a ser: “Yo no sé que tiene mi virgencita de la Cabeza, que de todas partes viene la gente sólo por verla”.
By.- R.C desde Embún (Huesca)
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