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Croniquillas del recuerdo, es un libro de relatos que algún día se publicara.
Las leyendas nacen de ese decir del abuelo, que las cuenta conforme a el se las contaron, en esa tradición hablada, a la que siempre aumentamos algo de nuestra imaginación.
El origen de la Imagen de nuestra Virgen que tomo el nombre de la Cabeza, del cerro en el que, milagrosamente, fue encontrada, lo tenemos en el “dicen que dicen” que fue hecha por San Lucas. Se la entrego a Eufrasio, uno de los siete “Varones apostólicos”, que para evangelizar vinieron a España. Fijo su residencia en Iliturgi, y aquí empezaron sus predicaciones.
Ante tantas persecuciones como sufrían los cristianos, y antes de ser martirizado, mando esconder la Sagrada Imagen para que no fuera profanada. Y la escondieron, posiblemente por indicación de Eufrasio, no en las proximidades del pueblo, sino en despoblado, en sierra adentro, donde, en aquellos tiempos no habitaba nadie. Había un camino próximo, que unía Andalucía con las Castillas, de poco transito. Esto es muy importante saberlo, porque ha podido repetirse.
Fueron pasando los años, los siglos. Las leyendas nos dicen que en aquellos parajes fueron aposentándose pastores, ermitaños, y hasta “coteros” con que se conocían a los que arrancaban las encinas para hacer carbón, los que en trotones borriquillos portaban lo que llamamos montebajo, para alimentar los hornos de los alfareros, tejares, hornos de pan de cocer, y fabricar los picones para caldear las casas….
Y ocurrió que un pastor, ya más de doce siglos después, encontró la Sagrada imagen, con el hecho milagroso, que todos sabemos, y en el que no me puedo detener. La Virgen hablo, le dio vida a su brazo, le mando que se hiciera una Ermita y desde entonces, allí estuvo, obrando maravillas, hasta casi ocho siglos después.
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¡¡Guerra, muerte, mártires….¡¡Vale mas no recordar!!
Cuentan que cuando el pastor de Colomera, atendiendo al sonido de la campana, encontró a la Virgen, estaba Eufrasio a su lado, amante guardián, recogió su manto, con el que protegía a la Señora y se marcho lentamente hasta perderse en la espesura. La historia no dice nada…
Si cuenta que se construyo el Santuario, que se obraban milagros, que las cofradías se iban creando, primero en Andalucía, luego por toda España, después por Europa y hasta en las Américas. Historia y leyenda se unen….se destruyo el Santuario. La imagen desapareció. La historia queda muda. Las leyendas van creciendo, cada cual cuenta la suya.
Yo tengo la mía. Era ya un hombrecillo, pues había nacido en el año 20, y había pertenecido, con mi voz blanca, al coro de los niños cantores de Andújar. Antes de venir los trinitarios, y con los trinitarios subíamos al Santuario a cantar en las festividades, y había visto aquella imagen, que tanto respeto nos daba cuando la mirábamos cara a cara. Quedamos ya muy pocos, cuando contemplo las fotos que nos hacían, veo lo ingrato que ha sido el tiempo con nosotros, en algunas fotos, solo quedo yo.
Don Antonio Montané, de la parroquia de Santa María, me dijo que las imágenes de la Virgen de origen apostólico, no desaparecían nunca.Yo lo sigo creyendo y por tanto espero que algún día, se vuelva a manifestar.
Volvamos a la guerra, al asedio. Mi padre tenía una taberna en la calle Feria de Andújar, estábamos en la calle que unía el “cuartel rojo” (hoy casa de la cultura) y el Ayuntamiento, en mi casa se reunían los que iban y venían al “frente del Santuario”. Los milicianos llamados rojos, de Andújar su ilusión era recuperar nuestra Virgen. Unos días antes de acabarse el asedio, un miliciano joven, amigo de mi casa, con su pañuelo rojo en el cuello y llorando le contaba a mi padre en nuestro entorno familiar:
He visto un zagalón salir de e
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Mi leyenda vive en mi, y siempre me ha hecho pensar que, si Eufrasio esta en medio, la habrá mandado esconder muy lejos del Santuario, como hizo la otra vez que la escondió. Se ha buscado por el Cerro, y yo también he tomado parte en esa búsqueda.
Pero ahora me digo yo “Cuando Dios quiera, Ella se manifestara”, porque puede ser que el niño que se la llevo, atada a su espalda, fuera un ángel de verdad, y se la llevo muy lejos, en donde estará segura, y allí otro humilde pastorcillo, se la volverá a encontrar…
¡Yo creo que estará esperando que con nuestro amor de hermanos, le demos al mundo paz! Así sea.
By.- A,A Fuente.- Revista Morenita 2007, autor.- D Joaquin Colodrero.
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