Francisco Aurioles de Gorostiza, nacido en la ciudad de Málaga el 24 de mayo de 1971. Su padre, perteneciente a una muy conocida familia de la capital malacitana continuó la tradición familiar como labrador y ganadero. Su madre, cordobesa, le inculcó la vida de piedad desde niño y una sólida educación que fue aumentada en los dos colegios en los que realizó sus estudios.
Desde niño manifestó un claro interés por la Semana Santa que en la ciudad de Málaga es un referente. Hijo y nieto de cofrades, se estrenó como nazareno a los ocho años de edad en la Hermandad de la Sentencia perteneciente a la popular Parroquia de Santiago, con la que procesionó la tarde de los martes santos durante doce años. Miembro también de cofradías tan señeras como la Expiración, Mena y los Dolores de San Juan.
Durante unos años, ya fallecida su, madre, la familia se trasladó a Sevilla, ciudad en la que desde la primera hora se encajó y en la que vivió a fondo todas las tradiciones y costumbres de una tierra tan única y singular. Cada tarde de jueves santo acompañó a la Hermandad del Valle, unas veces como nazareno de vela o penitente. Profundamente mariano desde su infancia, adquirió un intenso amor a Nuestra Señora la Virgen de los Reyes, a la que después de tanto tiempo sigue tratando como Madre y “Patrona”.
La vocación cristiana que nace en el Bautismo se fortaleció siendo niño y adolescente en la vida cofrade, la cual fue preparando un cimiento sólido para edificar otra vocación, la sacerdotal. Educado desde los trece años en la escuela de la espiritualidad de los jesuitas, fue adquiriendo gracias a la práctica de los Ejercicios Espirituales –como diría el mismo San Ignacio de Loyola- un “conocimiento interno de Jesucristo para así más amarle y servirle”. La sólida formación espiritual recibida en la Compañía de Jesús le abrió la puerta al conocimiento de grandes maestros de la espiritualidad cristiana como Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Liseux y las escuelas benedictina y cisterciense que desde entonces y ahora en sus años de sacerdocio son la clave de su actividad pastoral y espiritual.
El mes de junio de 1993 supuso para él como para tantos jóvenes, un aldabonazo en su vida. La visita del Papa Juan Pablo II a Sevilla para clausurar el Congreso Eucarístico Internacional, le removió profundamente, y después de un intenso verano, ingresó en el Seminario de Toledo, donde cursó los estudios de filosofía y continuó los de teología, los cuales concluyó en el Seminario de Zaragoza, siendo ordenado sacerdote en la catedral de Jaca el año 2003, en los días de la octava de la Virgen de los Reyes, el 17 de agosto.
Durante los años de sacerdote ha compaginado la tarea pastoral de la vida parroquial con el estudio. Realizó la licenciatura en Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, concluyéndola con la Tesis sobre un obispo santo, maestro de santos, sevillano y malagueño: el Beato Marcelo Spínola y Maestre.
Párroco, profesor de Historia de la Iglesia en los Seminarios de Tarazona y de Huesca y también, siempre que ha podido, predicador de hermandades y cofradías como la Expiración, Mena y Servitas en Málaga o Silencio, Gran Poder y Vera Cruz en Sevilla.
Desde el pasado 29 de agosto, cura de San Francisco de Asís de Rute en donde con la generosa colaboración de cuantos forman la comunidad parroquial del barrio alto, se van desarrollando múltiples labores de formación cristiana, apostolado, vida litúrgica y sacramental, haciendo que la parroquia y su barrio, de la mano de Nuestra Señora la Virgen de la Cabeza, sea un lugar de vida que se alimenta de la fuente de gracia que es nuestra Cabeza, Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
By.- A,A
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