Bautizado en la iglesia parroquial de Santa Catalina Mártir de su pueblo natal el mismo día de su nacimiento, recibió los nombres de Juan Antonio Lorenzo y fueron sus padres Lorenzo Pérez Giménez, comerciante, y Adelaida Porras García. Recibió el Sacramento de la confirmación de manos de fray Zeferino González Obispo de Córdoba en 26 de abril de 1879. Al cumplir los 14 años solicito el ingreso en el Seminario de San Pelagio, en el que entro en el curso de 1885-86. El discernimiento de su vocación lo fundamenta en considerarse “animado de los mejores deseos eclesiásticos”.
Culmino los estudios eclesiásticos de filosofía y teología con cierta brillantez –Benemeritus de media- y recibió el presbiteriado en las órdenes de la Santísima Trinidad, 30 de mayo de 1896. Un mes después, tomaba posesión de su primer destino, la parroquia de Nuestra Señora de la Anunciación de Belmez, que solo sirvió durante dos meses, ya que el 1 de septiembre del mismo año fue nombrado coadjutor de la parroquia de Nuestra Señora de la Purificación, de Puente Genil. De allí paso en 1899 a la coadjutoría de la parroquia de Santa Catalina Mártir de su pueblo natal. Sin moverse de esta localidad, es destinado en 1910 a la parroquia de San Francisco de Asís como cura regente y coadjutor en 27 de agosto del mismo año. Paso a cura ecónomo de la misma cinco años después cargo que compatibilizo con el de capellán del hospital regentado por la comunidad de religiosas mercedarias. En 1917 se presentó al concurso de cuartos vacantes, pero no consiguió ninguno de los propuestos, por lo que, al año siguiente, fue destinado de nuevo a Puente Genil como capellán del colegio de la Compañía de María. Sirvió este ministerio hasta el 1 de marzo de 1920 en que fue nombrado cura ecónomo, obrero y colector de la parroquia de Santa María de las Flores de Hornachuelos, cargo en el que ceso en igual día y mes de 1929 para llegar a su último destino; una coadjutoría de la parroquia de Nuestra Señora de la Purificación, de Puente Genil.
Belmez, Rute, Hornachuelos y Puente Genil conocieron la figura de este hombre bueno de ejemplar conducta, cuidadoso de su formación permanente, puntual a sus ministerios, servicial y amigo de los cinco sacerdotes que entonces tenía Puente Genil. Practico con regularidad los ejercicios espirituales, fue socio de la Liga Sacerdotal Eucarística y de la Unión Misional del Clero, participo en el Congreso Catequístico Nacional de Granada, y en el Nacional de Misiones de Barcelona. Al final de su vida el obispo pudo atestar y certificar solemnemente que don Lorenzo era sacerdote de buena vida, fama y costumbres.
Los sucesos de Puente Genil a partir del 19 de julio quedan narrados en la biografía de don Juan Lucena Rivas, solo queda contar la detención y muerte de don Lorenzo, cuyo relato, por orden del juez de primera instancia de Puente Genil quedo inserto en la partida de defunción del registro civil; “Falleció vilmente asesinado por las turbas marxistas en el segundo patio del cementerio de esta, veintisiete de julio de 1936, sobre las seis de la mañana a consecuencia de numerosísimos disparos de armas de fuego que le hicieron después de haber sido objeto de malos tratos de obra por parte de sus asesinos. Fue detenido por los revolucionarios rojos, que lo condujeron a la estación de ferrocarril y lo tuvieron preso en el interior de un vagón, yendo ya herido en la cabeza cuando entro en este. El 27 de julio dicho, serian aproximadamente las cinco y media de la mañana, lo nombraron para sacarlo del lugar que le servía de prisión, y, como dolorosa experiencia sabían los detenidos que el hecho de llamar a uno de ellos y sacarlo del vagón suponía que había llegado el momento de ser asesinado, este dignísimo sacerdote, ejerciendo hasta el último instante su Sagrado Ministerio, dio por última vez la absolución a los detenidos, ya que en varias ocasiones la había dado con anterioridad. Estando en el suelo lo ataron poniéndole las manos atrás y lo subieron a un camión en el que con siete detenidos más lo condujeron al cementerio donde fue asesinado por un grupo compuesto por siete marxistas que dispararon sus armas sobre los siete detenidos, Su cadáver fue quemado allí mismo.
By.-A,A Fuente.-La persecución religiosa en Córdoba 1931-1939 obra de Manuel Nieto Cumplido y Luis Enrique Sánchez García.
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