Ayer domingo día 10 tenía lugar la visita de la Real cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza Coronada de Rute y la de Nuestra Señora de Gracia de Benamejí. Durante la misma, asistieron a la Solemne Misa que tuvo lugar en la Santa Iglesia Catedral y que fue oficiada por D. Juan Sandoval Íñiguez, Cardenal Mexicano y Arzobispo de la arquidiócesis de Guadalajara (México), la Eucaristía estuvo concelebrada por nuestro obispo D. Demetrio Fernández González, y numerosos sacerdotes de la Diócesis, entre ellos D. Vicente Castander Guzmán consiliario de la cofradía de Nuestra Señora de Gracia de Benamejí y D. Carmelo Mária Santana Santana párroco de San Francisco de Asís y consiliario de la Real cofradía de María Santísima de la Cabeza de Rute.
Tras la celebración tendría lugar un encuentro más distendido con las autoridades eclesiales, donde D. Andrés Cobos, secretario de la cofradía ruteña dirigía estas palabras a los allí presentes.
Excelentísimo y reverendísimo señor, señoras y señores.-
Fue para nosotros, la Real Cofradía de María Santísima de la Cabeza Coronada de Rute, una inmensa alegría, el recibir la invitación del Cabildo de la Catedral de Córdoba, para participar en la Magna Mariana de Vírgenes Coronadas de la Diócesis, con motivo del 775 aniversario de nuestra Catedral. Desde el primer momento, supimos que nuestra obligación, como parte de la Iglesia, era participar en tan importante evento, a sabiendas del gran esfuerzo, tanto humano como material, que dicha participación conllevaba. Quisimos que esa decisión, fuera compartida por los hermanos de la cofradía, y fue aprobada por unanimidad por la asamblea general de hermanos. A partir de entonces, todo fue planificación, trabajo, coordinación. Buscar un templo para sede de nuestra Titular, y como no, ese no podía ser otro que San Andrés Apóstol, cuyo actual párroco es D, Pablo Calvo del Pozo, nuestro anterior párroco, y con quien nos unen unos lazos de afecto y amistad indisolubles. También quisimos, que la estancia de nuestra Reina y Señora en Córdoba, no fuera solo para la procesión Magna, sino que estuviera presidida por la celebración de la Eucaristía, así se celebro un triduo, presidido por nuestro entonces párroco, D. David Ruiz Rosa, por el Rector de la Basílica Santuario de la Virgen de la Cabeza, Fray Domingo Conesa Fuentes, y por D. Pablo Calvo del Pozo, además de concelebrar el ultimo día nuestro paisano, el entrañable D. Gregorio Molina Molina.
Todos los días del triduo, la parroquia estaba llena, fueron muchos los ruteños que se desplazaron a la capital, parando en diferentes hoteles, y otros muchos, los que se desplazaban a diario, para participar en el Triduo. El ultimo día, se fleto un autobús, que vino lleno, además de contar con el acompañamiento musical del Coro de Romeros de la Virgen de la Cabeza de Rute. Fue precioso y emocionante, ver a nuestra amadísima Madre, presidir el majestuoso altar mayor de San Andrés, y aquí, no podemos olvidar la inestimable colaboración de la Hermandad de la Pasión de Córdoba, y en especial de quien durante muchos años fue su Hermano Mayor, nuestro paisano Félix Pelayo Orozco. Durante esa semana, la que estuvo la Virgen aquí, la Parroquia de San Andrés fue el epicentro de los ruteños en Córdoba, de los que viven aquí, y de los que nos desplazamos esos días. Se puede decir, que esa semana, la parroquia de San Andrés, fue la “embajada” de Rute en Córdoba, y la Virgen de la Cabeza, su mejor “embajadora”. Hay que agradecer también, la acogida de la feligresía, nos sentimos como en nuestra casa, y de las hermandades de la parroquia, muchas gracias a todos.
Y el día esperado llego, 27 de junio, la Virgen lucia radiante en su trono procesional, San Andrés era un hervidero de gente, la hora se acercaba, y al fin, llego, a los sones del himno nacional, la Virgen de la Cabeza salía a Córdoba, a recorrer sus calles y plazas, y sobre todo, a llegar a la Catedral, razón de ser de toda la celebración. Más de 2.500 ruteños la acompañaron, desafiando a la distancia y al enorme calor, pero nada podía frenarnos, Ella iba a reinar en las calles de Córdoba, Ella iba a bendecir las aguas del Guadalquivir desde la Cruz del rastro, que desde ese momento bajaban más puras, Ella iba a cruzar, por primera vez, las puertas del primer templo de la Diócesis. Y la vuelta de regreso a San Andrés fue apoteósica, desde la calle Deanes, todo fue una explosión de fervor y alegría, de vítores, de aplausos, de amor desbordado por la Madre de Dios.
Después, su regreso a Rute, la Misa de bienvenida en Santa Catalina, y su entrada triunfal en San Francisco, “ya está aquí” era el comentario unánime, entre alegría desbordada y satisfacción por el deber cumplido.
Ese 27 de junio, se demostró por estas calles, que esto de la religión, no es cosa de cuatro viejos, o algo desfasado, fueron centenares de jóvenes ruteños, los que acompañaron a la Virgen de la Cabeza, con esa forma de ser de los jóvenes, y la vitorearon, la aplaudieron, y le dijeron una y mil veces “guapa”.
Aquel día, y otros muchos, se demostró, que quizás, podrán quitarnos lo material, pero que nunca podrán arrebatarnos nuestra fe, porque está enraizada en lo más profundo de nuestro ser, porque anida en el centro de nuestro corazón.
Gracias de nuevo, por habernos permitido vivir esos días inolvidables, que son patrimonio indeleble de nuestra historia, y no me gustaría terminar, sin pedir a todos que digamos con fuerza.
Finalizado el acto el Sr Presidente D. Antonio Pacheco hacia entrega al señor Obispo de un ejemplar de la Revista Morenita 2016, así como de un Dvd de la Magna Mariana.
VIVA LA VIRGEN DE LA CABEZA,
VIVA LA MORENITA,
VIVA LA MADRE DE DIOS.
VIVA LA MORENITA,
VIVA LA MADRE DE DIOS.
By.- Z,J y A,A
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