Pregonar a María Santísima de la Cabeza Coronada, fue algo que nunca jamás había pensado o sospechado. Cuando me lo pidieron, la verdad es que lo rechacé totalmente, puesto que no me veo con cualidades para ser pregonero, aún cuando por mi condición de sacerdote, esté habituado a hablar en público.

Pregonar, no es lo mismo que predicar, son dos cosas diferentes en su fondo, contexto y profundidad. Y un error que he podido apreciar (y quise en todo momento saberlo distinguir y expresar), es que a veces, los sacerdotes que nos hemos atrevido a dar un pregón; solemos caer en la tentación de hacer del pregón, una homilía o sermón más prolongado.
Fue por ello, por lo que durante algún tiempo, me negué en rotundo a ser pregonero, pese a la constante insistencia de la Señora Presidenta de la Real Cofradía y los miembros de su Junta de Gobierno. Finalmente, y todo hay que decirlo, ante la continua petición, cedí con una condición: de que quien pensé desde el primer momento para presentarme, accediera a hacerlo.
También Dolores Soledad Morales, se resistió a ser mi presentadora, y yo le dije: “Si tú no me presentas, no doy el pregón”; y fue ella, la que logró que yo dijese sí a la propuesta inicial.
Pregonar a la Celestial Morenita ruteña y a sus Fiestas Mayores, suponía para un servidor, un reto, una ilusión y un agradecimiento:
Un RETO: Además de lo referido en líneas anteriores, llevar a cabo este pregón suponía un poner en mis labios, lo que ciertamente no he vivido desde la cuna, como muchas otras personas si pueden presumir de haber nacido y haberse criado en un ambiente “cabezón”, donde Ella lo es todo. En otros sitios donde he sido invitado a pregonar, me he negado, puesto que no se puede pregonar lo que no se conoce, o lo que no se ha vivido. No llego a comprender como algunos se atreven a desarrollar esta misión, sin haber vivido nunca lo que pregonan y, todo lo más, se conforman con visionar algunos videos o leer algunas informaciones al respecto. Cuando me alegaban que sí era capaz de hacerlo, me referían que ya había vivido aquí en Rute tres fiestas mayores, así como otras tantas peregrinaciones a la Romería de Sierra Morena. Solo en base a eso, pude proclamar lo que pronuncié aquella mañana del primer domingo de mayo de 2019.
Una ILUSIÓN: Siempre he disfrutado hablando de la Santísima Virgen, bien en general o de un modo particular en aquellas advocaciones suyas que más me llegan al alma, o en determinados lugares donde ha sido requerida mi presencia para proclamar sus Glorias. Hablar en modo de pregón, de la que desde mi llegada a Rute, es objeto de mi mirada diaria, de muchos ratos de intimidad con Ella, y de ser la depositaria de muchos requiebros del alma; ciertamente me atraía e ilusionaba.
Un AGRADECIMIENTO: Quise que ante todo primara un sincero agradecimiento a la Señora que preside mi Parroquia, a sus feligreses y a cuantos devotos de la Celestial Capitana me han ido enseñando a quererla, tratarla, amarla y venerarla en ésta advocación tan ruteña y tan serrana.
Esto es lo que puedo decir al respecto del pregón que tuve la fortuna de disertar el pasado año 2019. Y al paso de estos doce meses transcurridos, aún me queda la pena y desconsuelo de no haberlo preparado mejor y con más profundidad. Las circunstancias de mi vida de ministerio sacerdotal, impidieron que me dispusiese con más ahínco y denuedo. Confío en que vuestra generosidad y cariño, hayan suplido todas las deficiencias que en el pregón pude manifestar.
By.-A,A Fuente.- Entrevista a D. Carmelo M. Santana
No hay comentarios:
Publicar un comentario