En la tarde de ayer, cuando el cuerpo aún no se ha repuesto del aluvión de emociones que
supone el fin de semana del segundo domingo de mayo, asistimos a la conferencia sobre la
restauración que nos ofreció el
Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, el IAPH, donde los
devotos de nuestra Morenita volvimos a experimentar ese pulso acelerado al conocer ciertos
datos.
En la mesa se encontraba nuestro Alcalde
Don David Ruiz, nuestro Presidente Don Andrés
Cobos y nuestro párroco
Don Bernard Huamán. Estos acompañaban a los ponentes, los
miembros del IAPH responsables de la restauración: el Director
Don Juan José Primo Jurado,
Doña Araceli Montero Moreno, Jefa del Área de Tratamiento de Bienes Muebles,
Doña Sarai
Herrera Pérez Técnica de estudios histórico-artísticos del Centro de Intervención,
Don Carlos
Peñuela Jordán Técnico en Restauración y Conservación del Patrimonio Histórico y
Doña Cinta
Martín León, restauradora.
De entre los datos arrojados, podemos destacar que las muestras tomadas de madera en la
nuca, frente y manos de la Virgen nos dicen que la imagen de la Virgen está realizada en
madera de álamo. Las manos, sin embargo, están realizadas en madera de pino albar silvestre.
Las muestras estratigráficas muestran que la Virgen posee varias policromías superpuestas, sin
embargo, se ha optado por mantener la última, en buen estado de conservación y calidad, ya
que retirarla supondría modificar sustancialmente la apariencia que hoy conocemos. En las
radiografías mostradas se apreciaban sus ojos de “cascarilla”, así como el aparejo o estuco a
base de blanco de plomo y el interior hueco de la imagen.
La luz ultravioleta mostraba la suciedad acumulada, las lagunas de policromía por abrasión o
alfilerazos o las reintegraciones de anteriores restauraciones, reintegraciones volumétricas
que en el caso de las manos se han podido reaprovechar. Mediante papel japonés, calor y
humedad controlada se ha podido fijar y asentar la policromía, de modo que el craquelado de
la Virgen ha quedado suavizado. Con pincel fino se ha retirado la suciedad y barnices, y se han
realizado las reintegraciones volumétricas y cromáticas con el método conocido como
“rigatino” a base de líneas paralelas.
Los brazos articulados se han mantenido por deseo de la Real Cofradía siguiendo el “principio
de mínima intervención” sobre la imagen.
El Niño Jesús está tallado en un bloque de madera, con el único ensamblaje de los brazos.
La Virgen ha sido protegida con un corpiño, puñetas y casco de cuero, del mismo modo, el
Niño Jesús ha sido protegido alrededor de su cintura. La memoria final será entregada en unos
meses a la Real Cofradía.
Doña Sarai afirmaba que los arcaísmos que a simple vista muestra la imagen nos dicen que es
anterior al siglo XVIII como se venía sosteniendo sin mucho rigor: hieratismo, cuello cilíndrico,
etc.
Don Carlos mostraba un TAC donde veíamos que los ojos que hoy posee la Virgen son de
cascarilla, algo propio del siglo XVII, y estos fueron añadidos después, por lo que la talla es
anterior a ese siglo. El uso de madera de álamo es
propio del siglo XVI, ya que en siglos
posteriores se utilizaban maderas americanas. Lanzaban la hipótesis de la Virgen de la Cabeza
como posible talla de la segunda mitad del siglo XVI. Confirman también que el Niño y las
manos no fueron creadas al mismo tiempo que la imagen de la Virgen.
Además del excelente trabajo de conservación sobre la venerada imagen, nuestro mayor
legado, toda esta información que el IAPH nos ofrece contribuye a la reconstrucción de la
historia de la Virgen de la Cabeza y su Real Cofradía y añade más valor aun a la talla de nuestra
Madre.
Doña Sarai, dentro de su exposición, sacaba a la luz un documento de 1 de febrero de 1870
totalmente desconocido hasta la fecha. Es este, n
uestra Real Cofradía solicita al Obispado de Córdoba poder construir un Santuario en la cima de las Tres Cruces: “la construcción de una ermita en la cima de la Sierra bajo la advocación de dicha Señora, colocando en ella su efigie y dotándola de todo lo necesario para su decente culto”. Se da respuesta favorable al proyecto:
“dar licencia a la construcción de la ermita que se pretende llevar a cabo en el sitio y forma
designado en los planos”. El documento incluye también unos sorprendentes planos con las
vistas del templo y dependencias anexas, así como el dibujo de una vista panorámica de la
Sierra de Rute con santuario, carretera y arco de entrada. En el boceto del retablo podemos
ver una sencilla representación de la Virgen de la Cabeza, quizás la más antigua conocida hasta
la fecha. Este documento, de incalculable valor, da fe de la pujanza de la que la Virgen de la
Cabeza gozaba en el siglo XIX. De modo que, aunque resulte difícil de creer después de ver a la
multitud que acompañó a la Virgen de la Cabeza hace pocos días, si nuestra devoción goza de
buena salud en la actualidad, no peores debieron ser los siglos anteriores.
By.- FJ,P.A