Parroquia de San Francisco de Asís de Rute..
jueves, 14 de agosto de 2025
Una Asunción con aroma a jara y devoción antigua.
Una Asunción con aroma a jara y devoción antigua
La Virgen de la Cabeza, patrona de Andújar y de los monteros de España, y a quien en Rute profesamos una devoción singular, no es solo una imagen que corona el santuario en las sierras de Sierra Morena y se proyecta en el Llano. Es una experiencia espiritual que lleva siglos encarnando la esperanza de un pueblo. En su advocación se funden lo místico y lo popular. En la Asunción, se eleva como lo hizo su Madre celestial: no por el poder del trono, sino por la humildad de quien se supo esclava del Señor.
Y es ahí donde la Virgen de la Cabeza se convierte en un icono perfecto para comprender la Asunción: una mujer del pueblo, pequeña y morena, que se convierte en Reina sin corona de oro, sino por su entrega total. La Asunción no es solo un misterio teológico; es una promesa de que lo pequeño, lo escondido, lo fiel, será glorificado.
Desde el monte hasta el cielo
Si el monte Tabor fue el lugar de la Transfiguración de Cristo, el Cabezo lo es para muchos devotos de la Virgen. Cada año, miles de peregrinos suben a su santuario, como si ascendieran junto a ella. El cuerpo glorioso de María que se eleva al cielo en la Asunción encuentra eco en las manos alzadas de los romeros, en los “¡Viva la Virgen de la Cabeza!” que rasgan el aire serrano. Es la subida física que refleja la elevación espiritual.
Una fe que no es evasión, sino destino
En tiempos de incertidumbre, donde las promesas parecen huecas y los ídolos se desmoronan, la Asunción nos recuerda que hay un destino de gloria reservado para quien ama. La Virgen de la Cabeza, con su porte humilde, con su piel morena y su mirada maternal, no escapa del mundo: lo redime. Es Madre que guía al pueblo en su camino de subida. Y ese es, en definitiva, el camino de la Asunción: no una evasión de la tierra, sino la culminación de la entrega vivida aquí.
De Andújar y Rute... al cielo
En este 15 de agosto, cuando la Iglesia entera canta el triunfo de María, Andújar y Rute tienen un motivo más para alzar la mirada. La Virgen de la Cabeza no solo intercede: nos precede. En su figura venerada se plasma la certeza de que el amor vence a la muerte, de que lo humilde será exaltado, y de que en medio de la sierra hay un trono más alto que todos: el del corazón que supo decir “sí”.
Hoy, desde el Cabezo y el Llano hasta el cielo, la Asunción es más que un misterio. Es una promesa viva. Y la Morenita, como siempre, va delante.
By.-R,C
viernes, 11 de abril de 2025
Semana Santa 2025.
Que se abran de par en par las puertas del alma, que se despierte el corazón adormecido, porque llega la Semana Santa, la semana grande de nuestra fe. Las calles se visten de incienso y de cera encendida. Las campanas se desperezan en los campanarios, las cornetas rasgan el silencio y los tambores marcan el compás del recogimiento. Es tiempo de Pasión. Es tiempo de Esperanza.
La Semana Santa es uno de los momentos más significativos del calendario litúrgico cristiano. Durante esta semana, los creyentes de todo el mundo nos unimos para recordar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Un momento para reflexionar sobre nuestra vida, nuestras acciones y nuestros sentimientos. Es un tiempo para reconciliarnos con Dios y con nosotros mismos, y para renovar nuestra fe y nuestro compromiso con la justicia y la compasión.
Cuando la Semana Santa se aproxima, los fieles de toda España se preparan para revivir con fervor los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. A través de las procesiones, las celebraciones litúrgicas y el rezo, nos uniremos en una sola voz para clamar por la misericordia y el amor de Dios. Y entre procesiones, oraciones y recogimiento, junto a Jesucristo hay una figura que brilla especialmente, que es la Virgen María, Madre del Redentor y consuelo de todos los que sufren.
Porque cuando abril se asoma a los balcones, el pueblo se prepara para caminar, junto al Hijo que carga la cruz del mundo, y junto a la Madre que llora en silencio la herida de la espada profetizada. En cada paso, en cada mirada al cielo, se elevan oraciones calladas, promesas cumplidas, lágrimas derramadas por la vida que pesa, por el amor que no muere. Allí está, en lo alto de su trono, llevando en su rostro la dulzura de todas las madres que saben de ausencias y esperas. Su mirada abraza a sus hijos con ternura infinita, como queriendo aliviar el peso de cada cruz que cargamos en el alma.
Y es que bajo su manto, muchos fieles encuentran consuelo ante la cruz del sufrimiento y la esperanza en la Resurrección. Ella, que sostuvo en sus brazos al Hijo muerto, comprende como ninguna otra el dolor de la humanidad, y por eso es faro de esperanza para todos.
Cuando veamos procesionar estos días sus imágenes como Dolorosa –y teniendo en nuestra mente la ya cercana celebración de la Romería al Cerro de la Cabeza y de sus fiestas en Rute-, elevaremos hacia Ella nuestra oración, pidiendo por los enfermos, los desfavorecidos y por la paz en los corazones atribulados. No serán pocos los que, en medio del silencio de la noche o al paso de las procesiones, pronunciarán una súplica íntima: "Virgen de la Cabeza, guíanos hacia la luz de la Resurrección."
Ella es el consuelo del afligido, la fuerza del caminante, la paz del peregrino.
Además, estos días, la imagen de la Virgen de la Cabeza también se convertirá en inspiración para la meditación sobre la humildad y la entrega. Su sencilla figura nos recuerda que Dios se manifiesta en lo pequeño, en lo escondido, y que el camino de la fe es, muchas veces, un sendero de humildad, como el que recorren los peregrinos hacia el santuario. Su imagen de Sierra Morena nos recordará que nuestros ojos tienen que estar mirando hacia el cielo, hacia Dios, que nos pide un cambio de vida. Y su imagen de Rute, recién restaurada, mostrando la belleza y hermosura de sus facciones, nos mostrará cómo la gracia de Dios puede hacer maravillas en nosotros si de verdad nos ponemos en sus manos.
En esta Semana Santa, miremos, pues, a la Virgen de la Cabeza como compañera de camino. Con Ella, el dolor encuentra consuelo, y la espera se llena de esperanza. Que la Morenita bendiga a todos los que, con el corazón abierto, se disponen a vivir estos días santos con auténtica fe.
Que la luz de la fe ilumine nuestro camino, que la paz de Cristo reine en nuestros corazones y que la esperanza de la resurrección nos guíe hacia una vida más plena y más justa.
Y que cuando los cirios se consuman, cuando las marchas se apaguen y los palios y los tronos se guarden, quede en nosotros la llama viva de la fe renovada. Que la Pasión de Cristo no se quede en los altares, sino que se haga vida en nuestras vidas.
Que sepa el mundo que, en este rincón bendito, no solo se procesionan imágenes: aquí se procesiona el alma del pueblo, que llora, que canta, que cree, que espera.
Porque la Semana Santa no es solo un recuerdo, sino que es la proclamación viva de que el amor es más fuerte que la muerte, que la cruz es puerta de gloria, y que Cristo ha vencido para siempre.
By.- Equipo de redacción.
miércoles, 5 de marzo de 2025
Cuaresma 2025.
Por eso las lecturas de hoy nos invitan a la conversión y nos dicen cuales deben ser los signos que acompañen nuestro cambio de corazón. Ahora bien, nosotros hemos de poner también de nuestra parte y no hacernos los remolones, dejando para otro momento la invitación que Dios nos hace a cambiar de corazón -a cambiar de corazón para bien, claro está-.
Vamos a fijar, pues, nuestros ojos en Jesucristo. Él tiene que ser el corazón de estos cuarenta días. Fijemos en Él nuestros ojos y encontrarnos con su mirada de amor, y lanzarnos a seguirle, recordando que el protagonista de este tiempo de Cuaresma no somos nosotros ni nuestros esfuerzos, sino que es Dios, la acción de Dios en nosotros, su Palabra que nos guía, su fuerza y su amor que se nos comunica en la Eucaristía y en los demás sacramentos... Y es que la Cuaresma no es un tiempo para hacer cosas «para Dios», sino para dejar que sea Dios quien las haga en nosotros, para dejar que sea Él quien nos convierta.
Rasguemos, pues, nuestro corazón, y no las vestiduras. Dejemos que Dios cree en nosotros un corazón puro, que nos renueve con espíritu firme, que nos devuelva la alegría de la salvación. Esta ha de ser nuestra principal actitud en este tiempo: la apertura a la acción gratuita de Dios que nos recrea el corazón y nos devuelve la alegría.
¿Y qué tenemos que hacer en Cuaresma?. Pues sobre todo, escuchar más y mejor la Palabra de Dios. La Cuaresma es un tiempo abundante de Palabra mirando a María, pues, como dijo Jesucristo: «Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen». Y la tenemos que escuchar especialmente los domingos, llegando puntales a Misa; y también sería bueno que en los días laborables participásemos de la Eucaristía.
La lectura de la Palabra de Dios nos ayudará a reconocernos pecadores, y a escuchar esa voz del Señor que nos llama a la conversión. Seguramente muchos tenéis en desuso el sacramento de la confesión. Pues bien, ahora, en la Cuaresma, es un tiempo bueno para retomarlo y no dejarlo, pues en la Pascua queremos ser personas nuevas, gentes que re-estrenan Bautismo; y esa novedad, sólo la da Jesucristo. Es el momento de acercarnos a la Penitencia, conocida también como el Segundo Bautismo.
Y es importante que tengamos presente que la Cuaresma es un tiempo de la Iglesia. No recorremos este camino solos, individualmente, sino que lo hacemos en comunión. Rezamos juntos, celebramos juntos, nos purificamos juntos, tenemos que abrirnos en amor a los demás.
Cojámonos de la mano de la Virgen María al emprender este camino; pidámosle que interceda por nosotros para que Dios, que no quiere la muerte del pecador, sino su arrepentimiento, escuche con bondad nuestras súplicas, y nos conceda, por medio de las prácticas cuaresmales, alcanzar el perdón de los pecados y emprender una nueva vida a imagen Cristo resucitado.
By.- R,C
domingo, 26 de noviembre de 2023
Solemnidad de Cristo Rey 2023.
Mirad, cada año es diferente la perspectiva en la que se presenta este misterio de la realeza de Jesucristo. Hoy no se nos ofrece en su aspecto teológico, como podría ser, por ejemplo, su origen divino, sino en su actuación. A Jesús se le llama Rey, pero las lecturas traducen también esta realeza llamándole Pastor, Juez, Salvador...
Por ejemplo, el profeta Ezequiel anuncia en la primera lectura que el mismo Dios se va a preocupar de su pueblo como pastor, guía, médico, juez, liberador, reunificador... Claro, nosotros los cristianos sabemos que esta profecía se ha cumplido perfectamente en Cristo Jesús, en quien Dios se nos ha acercado definitivamente. Pablo le presenta como el Resucitado, que ha vencido al mal, y nos comunica su nueva vida a todos. Pero Pablo tiene, además, una perspectiva muy dinámica, y es que el Reino de Cristo no está conquistado del todo, sino que se va alcanzando poco a poco. Y poco a poco Cristo irá venciendo progresivamente todo mal y, al final de los tiempos, entregará a su Padre el Reino completo, con todos los que han creído en Él.
De este modo, Cristo aparece en el Evangelio como el que, después de haberse entregado totalmente por su rebaño, hasta la muerte, vendrá como Juez, separando a los buenos de los malos al final de los tiempos, concluyendo el ciclo de toda la historia, y por eso le llamamos Señor, Juez, Maestro, Rey, Salvador, Mesías. Son títulos que convergen en una misma Persona, la de Jesucristo, que es la clave para interpretar y vivir la existencia de todo ser humano y de toda la creación.
Por tanto, hoy, al final del año, y luego, al final de nuestra vida, la pregunta que ya conviene que nos adelantemos a nosotros mismos es si hemos progresado en el amor, en la justicia, en la fraternidad... ¿hemos dado de comer, visitado, ayudado... a Cristo en la persona de los hermanos? Porque esta es la clave de su Reino y de nuestra pertenencia a Jesucristo.
By.-R,C
viernes, 1 de abril de 2016
Ya es abril.
Un mes que, junto con mayo, es para todos nosotros un mes “de locura”, puesto que todas la Cofradías cargamos estos días la artillería pesada para honrar y jalear a nuestra Madre y demostrar públicamente que Ella es la que ocupa un lugar especial en nuestro corazón.
Poco a poco las distintas Hermandades y Cofradías irán ultimando detalles para celebrar solemnes cultos en honor de la Reina de Sierra Morena, contratando bandas, limpiando los enseres litúrgicos de plata, lavando los paños sagrados y prendas interiores de las imágenes, arreglando problemas de última hora, programando los viajes al Santuario… Allí es donde nuestra devoción se palpará, un año más. Allí es donde demostraremos, un año más, que la devoción a la Virgen María nos ayuda a todos a sentirnos hermanos, puesto que, por el Sagrado Bautismo, somos hechos hijos de Dios, y Dios nos ha dado a los hombres una Madre, que es la Santísima Virgen María. Esas fechas, por encima de problemas, diferencias, procedencias varias… ese día todos seremos devotos y cofrades que acudiremos al Santuario a honrar a nuestra Madre.
By.- R,C
domingo, 8 de noviembre de 2015
SANTA MARÍA, REINA DEL PURGATORIO. RECEMOS POR LOS DIFUNTOS.
Pero muchas veces nos olvidamos de todos aquellos que aún caminan entre el cielo y la tierra. De aquellos que tienen deudas pendientes con nuestro Señor y que por ello, no han podido entrar en el Reino de los cielos para gozar de la gloria de los santos: las almas del Purgatorio.
Estas benditas almas son almas santas, que se han salvado, que pueden ayudarnos. Pero a las que también nosotros podemos ayudar a alcanzar la paz del descanso por medio de nuestras oraciones, nuestras limosnas, nuestros sufragios…
Y la Santísima Virgen María es también la Reina de estas almas. Ella es la que, principalmente, con su intercesión materna, día tras día ruega por ellas a su Divino Hijo para que las libre de esa “prisión temporal” que están padeciendo a consecuencia de sus debilidades mundanas. A Ella debemos pedir constantemente y, de un modo muy especial en este mes de noviembre, el mes de las ánimas, por el eterno descanso de todos los difuntos.
Me voy a permitir hacer aquí una reflexión personal, que ninguno está obligado a creer y la cual someto desde este momento a la doctrina de la Iglesia católica, y es que si María Santísima se ha aparecido tantas veces para consolar a sus devotos en este mundo y provocar su conversión, cuántas veces no se aparecerá, misteriosamente, a esas benditas almas para confortarlas en ese estado en el que se encuentran, purgando sus deudas, y darles ánimo mientras esperan el feliz y ansiado momento de poder encontrarse con Ella en el cielo, junto a nuestro Señor, Rey de Reyes, sentado a la derecha del Padre Eterno en unión con el Espíritu Santo.
Pensemos en aquellos que nos han dejado. En nuestros familiares y amigos difuntos. Nuestra esperanza es que gocen ya de la gloria eterna. Pero a lo mejor pueden estar esperando en esa antesala del cielo que es el Purgatorio. Una de sus mayores torturas puede ser el no poder contemplar la imagen de María Santísima de la Cabeza, y estar anhelando el deseo de ver el auténtico rostro de la Madre de Dios en el cielo. Seguro que si Ella se les aparece en ese estado de penitencia en el que se pueden encontrar, será como un bálsamo, una caricia maternal que consuele y dé fuerza para soportar esos momentos que faltan hasta el encuentro definitivo con la que ha sido su devoción en esta tierra y a la que han cantado con un corazón sincero.
Por ello, nuestra obligación también es, como cristianos y devotos, pedirle constantemente a la Santísima Virgen María que interceda por las almas del Purgatorio, para que disfruten para siempre de la presencia de Dios y allí, en el cielo, del que su ermita del Cerro de la Cabeza y su parroquia de San Francisco es una antesala, del que la Romería y la fiesta del Segundo Domingo de Mayo es un aperitivo, puedan celebrar la Romería que no tiene fin, puesto que habrán alcanzado su meta: el cielo y gozar para siempre de la gloria de Dios.
By.- R,C
viernes, 19 de junio de 2015
Ante la Magna Mariana: La Catedral y su significado.
Va a ser un momento especial. No sólo por lo que a nivel devocional signifique este acontecimiento para nosotros; sino porque podremos vivir una experiencia de ser Iglesia diocesana. Una fuerte dosis de “catolicidad”, expresada en que, de todos los lugares de la diócesis cordobesa, acudiremos a la primera de las iglesias de nuestra diócesis, Madre y cabeza de todas las demás.
¿Por qué es la Catedral la iglesia más importante de la diócesis, y no puede serlo, por ejemplo, San Francisco en Rute, o San Andrés, u otra que para cada uno sea de más devoción?
Primero de todo, hay que decir que en ello no nos tiene que mover nuestra devoción personal –porque movernos por lo que las cosas son “para mí”, o por lo que “a mí me parece”, no es católico, sino espiritualidad protestante pura y dura-, sino que tenemos que ver que la Catedral es la iglesia más importante porque en ella es donde el Obispo tiene su sede. La sede o cátedra episcopal es el lugar desde donde cada obispo preside la comunidad cristiana, enseñando la vida de fe y la doctrina de la Iglesia.
Además, en la Catedral es donde tienen lugar las celebraciones más importantes de la vida de la diócesis. En la Catedral y no en otra iglesia. Allí es donde se ordenan los sacerdotes que son enviados a las distintas parroquias a servir al pueblo cristiano. Allí es donde el Obispo bendice y consagra los santos óleos, que son utilizados en los distintos sacramentos. Allí es donde se celebran las Misas más importantes de todo el año litúrgico, y desde donde el Obispo, en nombre del Papa, imparte tres veces al año la bendición apostólica a los fieles. Fijaos si es importante la Catedral, que en cada diócesis se celebra cada año la fiesta de su dedicación, y por encima de ella, no hay ninguna otra iglesia más importante para la diócesis, a excepción de la Basílica de San Juan de Letrán, que es la Catedral de Roma, y la sede del Papa.
Por tanto, el que la imagen de la Virgen de la Cabeza haya sido invitada a acudir a la Catedral de Córdoba, es todo un honor y un privilegio. A lo mejor alguno, por ignorancia, puede decir: “yo no necesito que la Virgen vaya a la Catedral para que la vean” o “si quieren ver a la Virgen que vengan aquí”. Si pensamos así, en primer lugar damos prueba de una ignorancia e incultura religiosa tremenda, y, como dice el refrán, “la ignorancia es muy atrevida”. Pero también correremos el peligro de que nuestra fe católica sea pobre, muy pobre y errónea. Que nuestro ser cristianos no sepa mirar más allá de las paredes de nuestra parroquia o ermitas de nuestra devoción. Pero es que, además, correremos el serio, serio peligro de no ser verdaderos devotos de la Virgen, y que sus imágenes, que son medios para acercarnos a Ella, sean unos fetiches, unos objetos mágicos. Y esa devoción… esa devoción –por llamarla de alguna manera-, es más falsa que el alma de Judas; porque no es devoción, sino superstición, y la superstición es un pecado gravísimo contra el primer mandamiento de la Ley de Dios, ya que le estaríamos dando un poder a un simple objeto, en vez de dárselo a Dios y a la intercesión maternal de María Santísima; además de caer en el error de pensar que la Virgen María no es siempre la misma y única Madre de Dios.
En definitiva: aprovechemos este privilegio que la Iglesia nos ha concedido de participar en la “Magna Mariana”. Que lo vivamos no sólo como un acto de reafirmación de nuestra devoción a la Virgen y como una posibilidad de ver cómo Ella siempre nos acompaña, siendo que estemos en Rute, en Córdoba, o en cualquier otro punto de la geografía mundial. Que lo vivamos sobre todo como una gracia de Dios y un momento fuerte de sentirnos, junto a las demás Cofradías que peregrinará, hijos todos de la Virgen María, miembros de una misma Iglesia santa, católica y apostólica, que se hace patente en la diócesis de Córdoba, e hijos e hijas todos de un solo Dios.
Que la Santa Iglesia Catedral de Córdoba sea, en este día especial de la “Magna Mariana”, una vez más, la casa de todos los cristianos y cristianas de la diócesis de Córdoba, que, unidos a su Padre y Pastor, el obispo de Córdoba, veneran y celebran de un modo especial la memoria de la única y Santísima Virgen María, que por medio de sus múltiples advocaciones, intercede por todos y cada uno de nosotros ante su Divino Hijo Jesucristo.
By.- Equipo de redacción, Foto.- Rutadelmate
miércoles, 6 de mayo de 2015
Simplemente ... María.
Ahora bien… ¿Cómo es nuestra devoción? Ahí está la pregunta. Porque de la verdadera devoción se habla mucho, pero se corre el riesgo de convertirla en un tecnicismo teológico inalcanzable.
¿Cuál es la verdadera devoción? Pues si nos lleva a buscar a Cristo; es decir, si de verdad somos devotos, sentiremos en nuestro corazón el deseo de tener que mejorar constantemente en nuestra vida, tanto cristiana como humana. Si no sentimos ese deseo… Pues nuestra devoción andará fría. Pero siempre, siempre podremos encenderla, que la Virgen nunca, pero nunca deja de lado a quienes acuden sinceramente a Ella –pero ojo, que eso no quiere decir que la Virgen arregle las cosas por las buenas y porque sí, tengámoslo claro también-.
Estos días de Novena, por tanto, tienen que ser para nosotros un estímulo para sentirnos cercanos a la Virgen, y por medio de la Virgen, llegar a Jesucristo. Ella sabrá el momento en el que tendremos que dar ese paso. A nosotros nos tocará agarrarnos firmemente a su mano, y pedirle sinceramente “Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios”; pues al fin y al cabo, la fe es un don de Dios, que Dios concede cuando quiere. Por eso, nosotros no tenemos que desanimarnos, y pedirle constantemente a la Virgen ser buenos devotos, para que nos muestre a Jesucristo, fruto bendito de su vientre. Y así, cada uno en el momento que Dios disponga, recibirá los dones que Dios quiera darle.
Vivamos, por tanto, a lo grande estas fiestas en honor de la Santísima Virgen de la Cabeza. Que nada ni nadie nos arranque la alegría y el gozo de nuestra devoción hacia la Morenita. Como cantamos en el Himno Grande: “Alerta está, que nunca los poderes puedan nublar tus grandes resplandores”. Cantémosle con entusiasmo, vivamos el gozo de la Pascua, porque Cristo ha resucitado y ha llenado el mundo de alegría. Digámosle a la Santísima Virgen: “Reina del cielo alégrate”, y pidámosle que nos deje alegrarnos con Ella. Que las “petalás” que caerán sobre su trono-carroza sean una oración que ponemos en sus manos. Que los vivas que le lancemos sean expresión sencilla y sincera de un corazón enamorado. Que tanto cuando la veamos bailar en los cortijuelos como Reina y Señora en la procesión nocturna, sintamos que nos está protegiendo.
Pero no olvidemos que la Virgen no es flor de un día. No seamos de esos que llaman “cabezones de segundo domingo de mayo”. NO. La Virgen está en todas partes, porque es Madre de Dios. Sus imágenes sagradas, su multitud de advocaciones nos recuerdan que Ella es grande, que no la podemos encasillar, que Dios ha hecho maravillas en Ella y que después de la naturaleza humana de su Divino Hijo Jesucristo es la creación más perfecta y maravillosa de Dios. Y Dios es tan listo y tan sabio, que le ha dado a la Virgen un número infinito de apellidos: Cabeza, Pilar, Sangre, Carmen, Soledad, Rocío, Vega, Ángeles…. Pero un solo nombre: MARÍA. Porque, la vistamos como la vistamos, y miremos la imagen que miremos, estaremos siempre mirando a la única y majestuosa Virgen María, Madre de Dios, cuyas imágenes pueblan nuestra geografía; pero cuya imagen más bella y hermosa es la que llevamos grabada en el corazón.
By.- R,C
martes, 5 de mayo de 2015
El segundo día de Novena.
MONICIÓN INTRODUCTORIA
Cuentan que una vez, en el siglo XIII, un ruteño emprendió un viaje a Roma a visitar los sepulcros de san Pedro y san Pablo. Como a Roma se va por todos los caminos, este romero emprendió el viaje caminando contento por las veredas de sierra Morena, pues algo le decía en su interior que allí estaba ocurriendo algo especial.
Mientras iba de camino, se encontró con que un pastorcillo bajaba corriendo, asustado, y tocándose sin cesar el brazo derecho, diciendo… “tengo brazo… Juan, que tienes brazo…”; y le preguntó: “¿Dónde vas tan deprisa, que te vas a despeñar por estos cerros?”. Aquel pastorcillo, le dijo: “si con el susto que llevo encima con lo que me ha pasado esta noche no me he despeñado… ¡No me despeño en la vida!”.
El ruteño se sorprendió, pero siguió su camino, puesto que, como él decía, estaba de romería, y tenía que llegar hasta Roma. Como las piernas no le respondían ya casi, se sentó a descansar, y un grupo de personas que pasaban, montados en una carreta, le ofrecieron su hospitalidad para pasar la noche y cenar con ellos, animándole a que hiciera una jornada de camino en la carreta, puesto que así estaría más descansado, y tendría más fuerzas.
El romero dijo, “sí”, aunque no acababa de tenerlo muy claro, pensando… “si tengo que llegar hasta Roma, a lo mejor si subo en carreta no lo estoy haciendo bien”; pero la hospitalidad de aquella buena gente lo acabó de convencer.
De pronto, vieron que en la cumbre de un cabezo había una luz resplandeciente; y que sonaba una campanilla… Y pensó el romero ruteño: “a lo mejor eso es lo que le ha dado tanto susto a ese pobre pastorcillo”, y la curiosidad le movió a ver que era lo que pasaba. Y de pronto… Se quedó pasmado. “¿Qué es eso?” –se preguntaba-; “Si parece que es la Virgen María, pero su cara es tan morena que parece la piel de una jornalera que haya estado cogiendo aceitunas”….
Y en medio de aquel asombro, la Virgen le habló: “Quédate conmigo, ruteño, qué has llegado a tu meta”. El ruteño se quedó sorprendido, y se rascaba la cabeza y se frotaba los ojos nervioso. La Virgen le dijo de nuevo: “Quédate aquí, que quien te ha llamado a que hagas guardia en este lugar hasta que llegue la gente de Andújar, he sido yo”.
El romero le dijo: “Pero Señora, si voy de Romería a Roma, a ver a San Pedro y a San Pablo, y si me quedo aquí contigo, ni iré de romería ni haré nada”. Y la Virgen, viendo su buena fe, le sonrió y le dijo: “ Tu Romería, hijo mío, llega hasta aquí. San Pedro y san Pablo pueden esperar…. PERO YO NO”.
Hermanos… Como aquel romero ruteño, hoy los miembros de la Carreta venimos hasta el altar del Señor con nuestra vida, nuestras ilusiones, nuestras esperanzas y alegrías a honrar a la Santísima Virgen de la Cabeza, Madre de Dios y Madre nuestra, que desde su Santuario bendito extiende su mano protectora sobre todos los romeros que saben que por encima de Ella sólo está Dios.
En esta noche de novena queremos celebrar junto a todos los devotos de María Santísima lo más grande que tenemos los cristianos, que es la Santa Eucaristía; y como hijos y romeros devotos, ponemos nuestra amistad y fraternidad romera en sus manos, suplicando interceda por nosotros ante su Divino Hijo, el Chocolatín bendito que lleva en sus manos, para que nos alcance de Él todas las gracias y bendiciones que necesitamos; suplicándole que nuestra vida entera sea una Romería hasta su Santuario del cielo, donde Ella nos espera y desde nos bendice, y que no tiene comparación con ningún santuario de Roma, de Jerusalén, ni del mundo entero.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, por intercesión de la Santísima Virgen María, Reina de Sierra Morena, a Dios nuestro Padre, que en su Hijo Jesucristo se nos ha manifestado como maestro y redentor.
1.Por todos los miembros de la Iglesia; para que siguiendo a Cristo y escuchando su voz, proclamemos ante el mundo, como hizo la Santísima Virgen María, su verdad. Roguemos al Señor.
2.Por las vocaciones sacerdotales; para que la intercesión de la Santísima Virgen María nos alcance buenos y santos sacerdotes que no busquen sus intereses personales, sino la gloria de Dios y el bien espiritual de los fieles. Roguemos al Señor.
3.Por los que gobiernan las naciones del mundo entero; para que en toda decisión sean iluminados y guiados por el Espíritu de Dios, y la protección de la Virgen María. Roguemos al Señor.
4.Por todos los que ignoran a Cristo; para que por la gracia del Espíritu Santo, y la ayuda maternal de la Santísima Virgen, lleguen a experimentar que Jesús es su Salvador. Roguemos al Señor.
5.Por todos nosotros; para que la celebración de la Eucaristía afiance nuestra fe en Jesucristo, la auténtica devoción a la Santísima Virgen María, y nuestro compromiso con el Evangelio. Roguemos al Señor.
Señor Dios, Padre bueno y todopoderoso, escucha las oraciones de tu Iglesia y haz que, acercándonos a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, no dejemos nunca de creer en Ti viviendo con firmeza nuestra fe, para así hacernos dignos de habitar en las estancias que tu Hijo nos tiene preparadas en tu casa. Por Jesucristo nuestro Señor.
By.- A,A Fuente.- Textos leidos en Novena por el grupo de la carreta de romeros de Rute
viernes, 24 de abril de 2015
El Obispo de Jaén invita a participar en la Romería.
Por María Santísima nos ha llegado a este mundo la Salvación. La respuesta de la Virgen de Nazaret al ángel en la anunciación, “Hágase en mí”, fue el inicio del camino por el que Dios abrió, en la persona de Jesús, esa Salvación. María con su “sí” abrió el cielo en la tierra, invirtió la desobediencia de Eva en el paraíso. María, por tanto, es parte fundamental y necesaria del sueño salvífico de Dios. Experimentó en su vida las bendiciones de Dios y ahora, en su presencia, las comparte con nosotros. Sueña con el bien de quienes la invocan.
La Iglesia nos dice, por eso, que lo que aconteció en María puede acontecer en todos sus hijos. Formamos parte del sueño de Dios, de esa hermosa historia de Salvación. María, como Madre, nos invita y ayuda a soñar por algo grande en nuestras vidas, a aceptar como ella a Cristo Jesús y los proyectos de Dios en cada uno de nosotros. No deja de soñar con nuestro encuentro definitivo con Dios en su presencia. La Santísima Virgen que participa de la cercanía de Dios, al estar ahora en Dios y con Dios, está también muy cerca de cada uno de nosotros. Conoce nuestra situación personal y escucha nuestras oraciones desde su bondad maternal. Podemos dirigirnos a ella en cada momento y en cualquier lugar, pero quiso bendecir con su presencia especial a este cerro del Cabezo y, por eso, acudimos hasta el para poner en sus manos nuestras vidas, con sus alegrías y sus penas. Con esta fe y esperanza, suplicamos, ante tu imagen venerada, su intercesión. Danos fuerza y ánimo para responder al “sí” de cada día y dejarnos llevar de la mano de tu Hijo, hasta conocer y disfrutar un día del rostro de Dios.
¡Feliz Fiesta!. Viva la Virgen de la Cabeza
By.- A,A Fuente: Canal romero
domingo, 5 de abril de 2015
Domingo de Resurrección.
Y es que la fe en la resurrección de Cristo, que nos ha llegado a través de aquellos que fueron testigos del Resucitado, es el centro de la vida cristiana y es el fundamento y clave de nuestra fe.
Pues bien. Este mensaje que vemos que Pedro transmite a los habitantes y visitantes de Jerusalén, es el mismo que tenemos que comunicar nosotros a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, comenzando por los miembros de nuestras familias, por nuestros amigos, por nuestros compañeros de trabajo… Pero ojo. Ojo porque sólo convence el que está convencido; sólo comunica la fe el que la posee; sólo transmite la alegría de ser cristiano el que tiene él mismo esta alegría. Por esto tenemos que aceptar con gozo y entusiasmo que Cristo vive, que está presente entre nosotros, que Él nos guía y nos acompaña…
Por eso hoy, felicitamos también a nuestra Madre, María, y junto a Ella, podemos cantar Alegrémonos. Alegrémonos y seamos felices. Cantemos. Cantemos y seamos felices. Despertad. Despertad hermanos con un corazón feliz.
By.- R,C
miércoles, 5 de marzo de 2014
Cuaresma, un tiempo de reflexión.
A lo largo de este tiempo litúrgico habremos de intensificar nuestra relación con Dios. Tenemos muchos medios a nuestro alcance que hemos de saber aprovechar: la lectura de la Sagrada Escritura, la oración personal –aprovechemos que la iglesia está abierta y entremos a tener todos los días unos minutos de intimidad con el Señor que nos espera en el Sagrario-, la oración litúrgica de la Iglesia, la participación más frecuente en la celebración de la Santa Eucaristía, la Confesión sacramental, el rezo del Vía Crucis, la meditación de los dolores de María Santísima….
Pero también es un tiempo en el que hemos de dar frutos de conversión y de buenas obras. Un tiempo de penitencia en el que hemos de privarnos de aquellas cosas innecesarias y que tienen nuestra vida hipotecada. Un tiempo en el que hemos de saber compartir con el necesitado nuestros bienes y nuestro tiempo. ¿Damos limosna a los necesitados? ¿Colaboramos con las necesidades caritativas de la Iglesia? ¿Dedicamos tiempo a las actividades caritativas de la parroquia y de nuestras Cofradías?
Por eso hemos de pensar de qué cosas, además de alimento, hemos de ayunar durante este Tiempo Santo de la Cuaresma: Ayuno de internet…, ayuno de televisión…, ayuno del café de media mañana…, ayuno de críticas innecesarias y que hacen daño a los demás…
Y como no, hemos de practicar esa virtud que tanto nos cuesta, que es la virtud de la obediencia. Si la Iglesia nos manda que no comamos carne, pues no nos creamos que sabemos más que Ella, que tiene dos mil años de experiencia y busquemos excusas de tipo histórica –la famosa “bula” que dispensaba, según decimos- y que lo único que hacen es sacar a la luz nuestra más que amplia ignorancia, que siempre es muy atrevida. Pero que el no comer carne no quiera decir darnos un banquete de marisco. Comamos con sobriedad, con sentido de la moderación –una tortilla, una verdura cocida, una ensalada…- y sepamos compartir nuestros bienes con los necesitados. Así nos lo recordará estos días la Liturgia dando gracias a Dios porque con nuestras privaciones voluntarias, nos enseña a agradecer sus dones, a dominar nuestro afán de suficiencia, y a repartir nuestros dones con los necesitados, imitando así su generosidad.
Aprovechemos, pues, este Tiempo de gracia que el Señor nos concede, y cojámonos de la mano de María Santísima, que siempre nos dará fuerza en el camino.
Ramón Claveria Adiego
Director espiritual de Al Sonar de una campanilla
sábado, 16 de julio de 2011
Vosotros sois mi Corona...

Reflexiones Cristianas (III)
Desde los primeros tiempos viene representándose a la Virgen coronada. No es un capricho, ni un gusto devocional; sino que es el modo como se ha querido expresar así la dignidad soberana la de la Virgen María como Madre de Dios.
Entre las maravillosas imágenes que hay en el arte, hay una muy especial en que la Virgen se levanta del sepulcro y un ángel viene a colocar sobre su cabeza una corona, la corona de su victoria sobre el pecado y sobre la muerte, por los méritos de su Hijo Jesucristo. También el arte nos ha legado esa otra imagen maravillosa en la que el Padre, o el Hijo, o ambos a la vez colocan una corona sobre la cabeza de la santísima Virgen María cubierta con un velo, que es el signo de la virginidad consagrada.
Y es que el tema de la coronación no es un tema menor, ni en el arte, ni en la teología ni en la devoción popular; ya que el oro, las perlas, las piedras preciosas, la joyas con que los fieles llenan los mantos, las coronas, los exvotos…. no son un alarde de riqueza ni un derroche; sino que han tenido y tienen la misión de manifestar en lo posible al exterior las inmensas riquezas que los fieles saben que se ocultan en el corazón de esta gran Señora que es la Virgen María.
Tenemos que tener presente también que en la simbología cristiana la corona es emblema de victoria y de recompensa. Los mártires cristianos son la corona de la Iglesia; y los que se mantienen fieles, los que dan testimonio de su fe con su vida coherente son “coronas. Por eso, nosotros estamos llamados a ser la “Corona” de María, tipo de la Iglesia.
Por eso, nosotros tenemos que ser la verdadera corona de nuestra Santísima Madre, la Virgen de la Cabeza en este XXV aniversario de su coronación canónica. Hoy, ella nos dice “Vosotros sois mi corona”…
Por eso, nuestra vida tiene que ser el taller de un orfebre que talle nuestros corazones para hacerlos joyas, perlas preciosas en la Corona de María para gloria de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
By.- R,C
martes, 12 de julio de 2011
Una vez...

Reflexiones Cristianas (II)
Una vez, un maestro de escuela se encontraba tomando la lección a sus alumnos, concretamente la lección de historia; y llegado el momento, preguntó a uno de ellos: “Manolito, ¿qué nos han dejado los romanos?”. Y la respuesta de Manolito fue la siguiente: “Ruinas, señor maestro, muchas ruinas”.Podéis imaginaros que la carcajada en la clase fue enorme, y la cara del maestro... bueno, de la cara mejor no hablar, porque le cabía un pan por la boca.
Pero si nos paramos a pensar ahora seriamente sobre esta respuesta, veremos que no es tan descabellada, porque quien dice los romanos, puede ponerse a preguntar por la calle a la gente sobre quien fue Kierkegaard, Fabila, Escapula, etc, etc, etc... Personajes que en su momento estuvieron llenos de luz y de esplendor, pero que han pasado como estrellas fugaces, algo parecido a la canción del verano, y que pasado el tiempo, han ido a parar a ese sepulcro tan desagradecido que son los libros de historia.
Pero mira por donde, hay una persona que no pasa de moda, sino que está día tras día presente en la vida de muchísima gente; y eso que es una persona que vivió hace dos mil años.Ya os podréis figurar todos que me estoy refiriendo a la Virgen María, como es lógico. ¿Qué tendrá la Virgen María; que después de tanto tiempo, no sólo no ha pasado de moda, sino que encima la gente sigue acordándose de ella?, o dicho con otras palabras: “Yo no sé que tiene mi Virgencita de la Cabeza, que de todas partes viene la gente sólo por verla”.
Pues muy sencillo: que la Virgen María es nuestra Madre; la madre de todos los hombres, sin excepción; y hombre, lo corriente es que una persona normal quiera a su madre, ¿no?; porque si se da el caso de que una madre quiera a su hijo, y este hijo la desprecie y la rechace...¡bueno!, es que esa persona es lo más desagradable y detestable que hay sobre la faz de la tierra.
Pero es que además, la Virgen María tiene una cosa especial, y es que María es una persona que está viva. Sí, sí, viva. María vive porque Cristo, su Hijo, le ha dado la vida.
Fijaos que cosa más bonita: Jesús de Nazaret, Dios mismo, ha querido que su Madre disfrute ya del gozo de la resurrección y de la vida eterna; vamos, que no le dio la divina gana a Nuestro Señor de que el cuerpo de María Santísima se pudriera en la tumba, y punto.
Pero si esto es bonito, lo verdaderamente grande es que algún día hará con nosotros lo que hizo hace dos mil años con María; porque nuestro destino, es vivir para siempre. Pero bueno, no queramos ponernos nosotros ahora al nivel de la Virgen María; o sea, que cuando nos llegue la hora de morirnos, pues paciencia; que a nosotros nos llegará la resurrección un pelín más tarde; pero nos llegará, porque eso es lo que confesamos en el credo: “espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro”.
Nuestro mirar a María, a nuestra Virgen Morenita, vestida de esplendor y de joyas; quiere decir que miremos al futuro, que en ella vemos a la humanidad plenamente realizada. Que María es un espejo de la vida que Dios quiere darnos a todos nosotros; y por eso, nuestra Virgen de la Cabeza nos invita a la alegría, al gozo, a la esperanza.
Virgencita de la Cabeza; Reina y Señora de Rute, ayúdanos a preparar con alegría estos días que quedan para esa gran fiesta del recuerdo de tu coronación; que nos preparemos con gran alegría, con la alegría que nace de sabernos hijos e hijas de Dios.
By.- R,C
miércoles, 6 de julio de 2011
Reflexiones cristianas.

Una corona de devoción
Aunque nos pueda parecer mentira, están ya a la vuelta de la esquina las fechas tan esperadas para celebrar el solemne triduo en honor y recuerdo del XXV aniversario de la Coronación Canónica de la Sagrada imagen de María Santísima de la Cabeza, nuestra querida Morenita.
Por ello, desde este blog extraoficial de devotos de la Santísima Virgen de la Cabeza, y que en nada quiere entrometerse en el buen hacer de la Cofradía ni de la parroquia de San Francisco de Asís, queremos presentar a todos nuestros seguidores una serie de reflexiones de carácter religioso y espiritual, para prepararnos a vivir mejor estas fechas tan esperadas y que con tanta ilusión y ahínco ha preparado la Real Cofradía.
Para ello, hemos pedido a un buen amigo de todos nosotros, como es el Rvdo. P. D. Ramón Clavería Adiego, devoto de la Santísima Virgen de la Cabeza y fiel asistente a sus fiestas tanto en Rute como en Andújar, y que además, es profesor de Liturgia en el Seminario diocesano de la Santa Cruz de Huesca, y de Mariología en la escuela diocesana de teología de Jaca, a que nos escriba unas reflexiones para prepararnos interiormente a celebrar el XXV aniversario de la Coronación de la Virgen de la Cabeza; invitación a la que, en medio de sus múltiples obligaciones, ha aceptado –no sin insistencia por parte de la redacción del blog, todo hay que decirlo-, y que desde estas líneas le agradecemos enormemente, puesto que sabemos que durante estos días ha estado encargándose de la cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud en su diócesis, ha estado de ejercicios espirituales y que está preparando una peregrinación con enfermos al Santuario de Lourdes; lo cual no ha hecho sino cargarle todavía más de trabajo.
Y para ello nos invita a considerar que podemos comenzar nuestras

Muchos de los que asistieron aquel inolvidable 9 de mayo de 1986 a la Solemne Coronación canónica de la Virgen de la Cabeza tendrán retenidos en su recuerdo para siempre aquel acto irrepetible, los gestos, los ritos, el momento esperado en el que Mons. José Antonio Infantes Florido ciñó las benditas sienes de nuestra Madre con la corona recién bendecida….
¿Pero qué hay detrás de ello?
En un principio, podemos pensar que la Coronación canónica no es más que una celebración multitudinaria en torno a una imagen de la Santísima Virgen en la que el Obispo o el Delegado Pontificio en caso de ser Coronación Pontificia pone sobre las sienes de la imagen de María Santísima la corona que le ofrece su pueblo. Pero eso es simplemente un momento de todo lo que es una Coronación.
La Coronación Canónica es un proceso en el que hay que demostrar que una imagen concreta recibe un culto multisecular, es decir, que esa imagen haya movido desde muchos años, e incluso siglos atrás a los fieles a una veneración sincera a la Madre de Dios por medio de ese signo que es la imagen. Demostrado esto, la autoridad eclesiástica determina coronarla solemnemente, poniendo sobre su cabeza y la del Divino Niño una corona. Es por tanto, una práctica especial de devoción, unida a la Iglesia; una práctica que nos debe unir más a la Iglesia y a sentirnos Iglesia de Jesucristo unida a María.
Nos gustaría que, durante estos días, pudiéramos rezar en nuestro interior esa hermosa oración con la que es bendecida la corona que lleva la Virgen. La misma oración con la que se bendijo la corona que hoy luce radiante nuestra Morenita:
Amén.”
Desde este blog, os invitamos a rezar diariamente esta oración, para así prepararnos a vivir intensamente el Solemne Triduo que en recuerdo de tan insigne momento nos disponemos a celebrar. Saboreemos y meditemos cada una de estas frases. Pidámoslas sinceramente desde lo más profundo de nuestro corazón. Que sepamos ver cuáles son nuestras obligaciones como devotos de María Santísima de la Cabeza Coronada, y procurémoslas llevarlas a cabo en nuestra vida de cada día, para que así, podamos decir con orgullo que la mejor corona de la Morenita, son todos sus devotos.
By.- A,A Fuente.- Ramón Claveria Adiego


La Virgen de la Cabeza y su Real Santuario.

Curiosidades
* El regalo mas pintoresco que se ha puesto en la Mesa fue un burrito (de carne y hueso por supuesto).
* El recordado "Pacorro" fue cohetero de la Virgen durante mas de cincuenta años.
* Antiguamente el Hermano Mayor ofrecía a los hermanos de varal, una vez terminada la procesión de la mañana, una comida consistente en Borrego con patatas, que se preparaba en la fabrica de Anis Machaquito.Por supuesto no podían faltar varias arrobas de aguardiente y de vino.
* En el siglo dieciocho era costumbre contratar a un grupo de "gitanos" para que cantaran delante de la Virgen en su procesión.
* En el año 1948 se contrato una pirotecnia distinta a la que se venia contratando habitualmente y los cohetes eran tan malos, que ni poniéndoles gasolina ardían.
* Durante muchos siglos el viaje a la Romería de Andujar se hacia a lomos de caballerías, cuando llego la locomoción mecánica, se inicio la costumbre de acudir en camiones, y cuando llegaron a Rute los primeros autocares se emplearon estos para ir a la Romería.Estos autocares pertenecían a la Empresa Sanchez, y eran los mismos que cubrían la linea Rute-Lucena, por lo tanto mientras que los autocares estaban en la Romería se interrumpían los viajes entre Rute y Lucena.
* Durante mas de veinte años, acompaño en sus dos itinerarios a nuestra Virgen de la Cabeza la Banda de Cornetas y Tambores del Tercio Móvil de la Guardia Civil de Sevilla.Este acompañamiento se convirtió en una tradición, hasta que por una orden gubernamental este acuartelamiento se desmantelo y por consiguiente la Banda desapareció.
* Salida extraordinaria.- Con motivo de la guerra con Marruecos mando el Obispo Juan Alfonso Albuquerque Berión, sacar en procesión de rogativas a las imágenes que mayor devoción y culto recibieran en cada localidad saliendo en Rute nuestra Morenita el día 18 de Diciembre de 1859.
Nos cuentan las leyendas.......
Pasado el tiempo, unos soldados ruteños que habían vuelto de la guerra de África, contaron que una noche, cuando se dirigían en barco a tan lejanas tierras, les sorprendió una terrible tormenta,entonces acordándose de que era sábado, y la aurora de la Virgen de la Cabeza estaría en la calle, rezaron juntos a la Virgen para que les salvara de una muerte segura, de inmediato la tormenta ceso y el mar entro en calma.Fue entonces cuando los hermanos supieron dar explicación al manto mojado y cubierto de escamas.
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...Una tarde al abrir el cura la iglesia, vio como la Virgen de la Cabeza se encontraba girada hacia su izquierda, mirando hacia el segundo llano, pensó que la noche anterior la Camarera hubiera subido al Camarin para arreglar algo en el vestido de la Virgen y había olvidado colocarla de nuevo mirando al frente, subió acompañado de dos monaguillos y la puso bien.Una vez finalizado este cometido, se dirigió al confesionario para atender a los fieles, observando a los pocos minutos que la Camarera de la Virgen entraba a la iglesia para oír la Santa Misa como hacia casi todos los días, se dirigió a ella para comentarle su olvido, contestándole esta que llevaba varias semanas de no subir al Camarin, asombrado el cura pensó que podían haber entrado ladrones, subieron al Camarin, a la Virgen no le faltaba nada de sus adornos, las puertas y ventanas de la iglesia estaban bien, no faltaba ninguno de los enseres de las diferentes capillas y altares.Nadie supo dar explicación de este fenómeno, y hasta el día de hoy es un misterio el porque la Virgen se giro aquella noche.
Presidentes de la Real Cofradía
- Francisco Salcedo Repullo:1961-1972
- Alfonso Cruz Ferreira:1972-1977
- Pedro Alarcon Luque:1977-1982
- Francisco Martinez Romero:1982-1986
- Francisco Ramirez Bueno: 1986-1990
- Comisión Gestora: 1990-1996
- Zacarias Jimenez Jimenez:1996-2004
- David Ruiz Cobos: 2004-2008
- Manuel Caballero Dominguez: 2008-2012
- Antonio Pacheco Montes: 2012-2016

