Aquel niño rubio, revoltoso, que siendo monaguillo, jugueteaba por las naves la Parroquia de San Francisco de Asís, ganándose alguna que otra vez, las reprimenda del párroco, volvía ayer a su parroquia, para pregonar a la dueña de sus sentimientos, a la Virgen de la Cabeza. Fue el pregón de un cofrade convencido, de un católico convencido, el pregón de un capataz, que mando a su cuadrilla por las columnas del templo, que pidió que el paso fuera corto, porque en donde se va a estar mejor que en la casa de la Madre. Hijo de D. Joaquín Pelayo y de Doña Nani, aquellos inolvidables maestros que enseñaron no solo materias académicas a sus alumnos, sino que les acompañaron en la vida, que les enseñaron a ser buenos cristianos, como también hicieron con sus hijos.
La marcha Mi Amargura, así como algunas notas del Himno Grande, acompañaron la palabra de Félix, que recordó sus años pasados en Rute, donde nació, y sus venidas una vez, que por motivos laborales marcho de aquí. Mención especial en su pregón, tuvo la presencia de la Virgen de la Cabeza en Córdoba, ciudad donde reside, para la participación en la Magna Mariana de Vírgenes Coronadas, difícilmente pudo expresar con palabras lo que tanto para el, como para su familia significo este evento, tener a la Virgen tan cerquita de su casa, convirtiéndose en esos días en su “guardián” en la ciudad califal.
Una crónica de D. Joaquín Pelayo sobre las fiestas de 1979, nos retorno a ese incansable cantor de la Virgen, D, Joaquín, siendo ahora su nieta, la que ponía voz a sus palabras. Félix emociono a los presentes, sobre todo desde su faceta de capataz, y de hermano de varal de la Virgen, el mejor sitio donde estar, porque junto a su trono, es donde mas cerquita se esta de Ella.
Fue presentado por su hija Alba, una ruteña de corazón, aunque no de nacimiento, y fiel devota de la Virgen de la Cabeza, que hablo de su padre como un hombre muy trabajador y amante de su familia, de su Señor de Pasión de y de la Virgen de la Cabeza. Decir que el guión de la Hermandad de Pasión de Córdoba, de la que Félix fue Hermano Mayor, se encontraba en el Altar mayor.
En dicho acto, se corono e impuso las bandas, a las reinas infantil y juvenil y a sus damas de honor. Así mismo se impuso la medalla de honor de la Real Cofradía a dos cofrades beneméritos, Maria Higueras Amorós y Cristóbal Ramírez Sánchez, que siempre han estado junto a su Morenita, demostrándole una devoción infinita.
By.- Z,J
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