En el patio exterior de la casa de Rute no cabía un alfiler, no sabemos decir cuántos devotos y romeros vinculados a Rute había preparados para celebrar la Aparición de la Virgen, habían subido dos buses más un microbús. Mas el hormigueo de aquellos que se habían desplazado con sus vehículos particulares, era constante.
Eran las 21:45 h cuando las banderas de Rute hicieron su aparición por las puertas de la casa cofradía flan2queando el simpecado de Nuestra Venerable y Real Hermandad. En aquel momento D. Andrés Cobos, presidente de nuestra cofradía procedió a la proclamación de los Hermanos mayores y reinas juveniles de las fiestas de 2026, imponiendo la banda de Romero a D. José Miguel López Ruiz hermano mayor de las fiestas y entregando los cetros a las demás personas antes mencionadas, quienes recibieron una calurosa ovación por todos los presentes que allí se encontraban. Terminados estos actos previos nos dispusimos a subir las calzadas para presentarnos ante la Reina de Sierra Morena que lucía esplendorosa en su talla original.
Durante el traslado de la Sagrada Imagen a sus andas tuvimos la ocasión de poder contemplar de cerca la magnífica calidad de la talla policromía y estofados de la Bendita Imagen de la Virgen de la Cabeza que en 1944 realizase el escultor malagueño D. José Navas Parejo. Imposible describir con palabras el fervor y entusiasmo que los devotos expresaron en este momento.
Una vez la Virgen salió al exterior del Santuario fue trasladada hasta el Altar exterior que se había dispuesto donde tuvo lugar el rezo de la Santa Misa por parte de D. Sebastián Chico, Obispo de la diócesis de Jaén, donde nos animó a contemplar la imagen de la Virgen exenta de atributos (Sayas, condecoraciones, fajines, etc) y a preguntarnos de que cosas tenemos que desprendernos para mostrarnos tal y como somos y que ocultan como somos en realidad. Entre los concelebrantes de la Misa se encontraban nuestro consiliario D. David Matamalas, Mosen Ramón Clavería y Fray Javier de María, ocd, quien hasta el día anterior se encontraba predicando la novena en Rute en honor a la Virgen del Carmen, y que es desde su infancia un fervoroso devoto de la Morenita.
Los vivas y agasajos a la Sagrada Imagen no cesaron en ningún momento durante la procesión que tuvo lugar por las calzadas del Santuario una vez terminada la celebración de la Eucaristia. Viendo pasar ante nuestros ojos la Virgen en su pureza, tuvimos la sensación de sentirnos como Juan de Rivas en aquella noche del 11 al 12 de agosto en el que el cielo bajo a la tierra, y el cerro se convirtió en la antesala del cielo.
By.-R,C